Read Ocho peculiares by Lalia Alejos Capítulo 76

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Capitulo 76 Josué el deshonesto 

Capítulo 76 Josué el deshonesto 

Liliana y Antonio dieron un pasco por la calle. La chica había comido helado, dos cajas de fresas, un de mousse, alitas de pollo a la plancha y pollo frito. Solo cuando ella recibió sus agujas de plata se fu casa. Beatriz sonrió

-Llegas a casa justo a tiempo para la cena, Liliana

Liliana nego con la cabeza

-Mi estómago está enorme ahora, abuela

Eso agarró a Beatriz con la guardia baja

-¿Qué comiste

La niña se encontró con la mirada de su abuela

-Comi diez ensaladas

A la anciana le divirtieron sus payasadas

-Mentir es malo, Liliana

-No te enfades, abuela! Me comi un helado, dos tartas de mousse y dos cajas de fresas-Contó todo que habia comido. Beatriz se quedó sin palabras- Dijiste que no te enfadarias, abuela

-No estoy enfadada. No comas tanta basura, los niños deberian comer mejor

La niña besó feliz a su abuela

-¡Muy bien, abuela! Gracias

-La abuela es la mejor

¡lba a aprender medicina para curarse las piernas! La nina subio feliz las estras. Se apresuro volver a su habitación cuando percibió movimientos procedentes del interior del tarro de las almas. Los ojos de Beatriz se ablandaron al ver a Liliana regresar a su habitación antes de dirigirse hacia Antonio

En serio? ¿Por qué le diste de comer toda esa basura? Ya sabes que los niños pueden ser irresponsables, ¿No puedes ser un poco más sensato como adulto

Antonio se frotó con torpeza la nariz Liliana era la que comia de todo. ¿Por qué le gritaban

-Ella dijo que queria comer

Ella lo había mirado con ojos de cachorro. ¿Quién podia resistirse a ella? Beatriz siguió criticándolo

Asi que le das todo lo que quiere? Aprende a decir que no 

Ella nunca le habria permitido llegar tan lejos si estuviera cerca. Antonio se aclaró la 

garganta

-Todavia tengo una reunión a la que asistir

Se marchó de inmediato. Beatriz lo fulminó con la mirada. Liliana solo había sido la sustitura de Julieta al principio, pero eso fue cambiando poco a poco, Hace tiempo que Liliana dejó de ser un recuerdo de lo 

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Capitulo 76 Josué el deshonesto 

que se habia perdido. Ahora los Castellanos la maleriaban 

-Como va a crecer si no come?-murmuro Beatriz se for a la cocina a preparar la merienda

de 

Josue, que estaba arriba, se fue a la cocina a buscaremo Seura. Paso por delante de la habit Liliana cuando volvió a subir y se dirigió a la saya. Notando mucho en bajar de nuevo por un peq carton de leche, Dario, que estaba sentado en el sof die go, se dio cuenta

-Quieres ver a Liliana

Vete, maldita sea! Este ir y venir me está dando Bolor de cabezas

Josue chasqueo la lengua

-Quien dijo que iba a ir a buscarla: Solo tennedy queria un trigo

Dario estaba dudando de el. Josue hablo have la noche y llamó a la puerta de Liliana. -Entra!-gritó Liliana

Bajo la cabeza y nervioso, escudriño a su tredores de entrar rápido a la habitación. Mientras t Dario fingo que no veía nada 

-Jajaja, que tipo mas testarudo 

No entendia por qué Josué parecia haber tan molesta. El nunca sera tan tocca am el para leer. Liliana estaba acostada en la 

o devor que se fue con Liliana. Liliana era una pers pura seguir sus caprichos. Resopio cerró la puerta detris cuande Josue entró en su habitación. Sus pies colgabar 

—¿Qué estás haciendopregard fo 

Ella continuó agıtando sus 

-Estoy intentando perder peso 

-¿Qué edad tienes? ¿Que niño nemesin perder peso

Sus mejillas regordetas desapameran a perda peso. Ya no serta hinda. Era perfecta como era altera tomate. Al final bajó los pies y que nullos 

-Vale.. no podré comer todo lo que quers despues si no pierdo un poco

-La abuela se prestupac

-Todavia quieres comerJoe se sorprendió 

Otros se ponian a diera pairs pauteten delgados y ella lo hacia porque queria comer mas, Ella comodi condu que la calle tenia para open a tie! Liliana se agarraba la barriquita con angustia

en 

Por que las barras won un pequeña? ¿Por que todo lo que esta por debajo del cuello no puede ser in 

estómago

Josue no tenia nada que tintin ro. De repeme levantó la vista

-Hola, Senorita Lahudors de Sumo Como moristel 

Capítulo 76 Josué el deshonesto 

El espiritu estaba tan hinchado, ¿Podría haber sido diserada bara la mume? Liliana miraba di de Josué. El se puso rigido

-La Señorita Luchadora de Sumo esta detrás de mi 

-No puede serEstá detrás de mi…. 

Liliana señalo detras de él 

-Ella está justo encima de ti

Dijo las palabras mas aterradoras con la expresión miser Jasus corrió hacia Liliana de inm se sentó con rigidez a su lado, eso sobresaltó a Liliana

Tienes miedo, Josue 

El frunció los labios

-No. Solo estaba cansado de estar de pie y queria sen 

Lihana miro a Josue y luego al sofa que habaju 

a su lado? Se dio cuenta de sis mendras en un 

-Vale, Josuel Dime si estas cansado la proxim 

-No habrá una próxima vez

Se escurrió hacia el sofa para disimilar 

-Lograste preguntarte como murie 

No podia contener su curtosidad, ¡Canto me sobrenatural. Su mundo dio un vuelo dende que abierto una puerta a un mundo muro. Exupu klant 

Rodio sentarse alli ¿Por qué estaba s predno darle mas vueltas al astrite 

o al fee fantasma aquella noche. Era como si hub como ella? Ese fue su primer encuentro

da, pero no podia evitar querer saber más… 

Pablo estaba reprimiendo al esparing de la clà Tenia la boca muy nhierra, no parecia nada amisto Consiguió sacar de su boca un expiring Semenino amado, Maya León. Lana se sorprendió

-Vaya, lo conseguiste

-Quetpregunto Josue 

-La Senorita Luchadora de Suma ie mão à la Señorita Fea. El maestro trato de forcejear con ellas

Ella habia estado ansiosa, pues (1 significaba que tenía que conseguro 

derat el frasen despues de todo. Tener un espiritu devorado para reemplazar al comido. Pablo le dijo que no se preocupara Asi podria intentar perder peso com tranquildad mientras Pablo rescataba a la Señorita Fea del estóma de la Senorita Luchador de Subba joout la malinterpreto. Ahora estaba sin vista. Su imaginación hiperactiva le hizo pertsie que como defecat la repugnancia brillo en sus ojos ante ese perisamienti 


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Score 9.9
Status: Ongoing Released: 12/16/2023 Native Language: Spanish
Ocho Peculiares" by Lalia Alejos is a captivating novel that intricately weaves together the lives of eight peculiar characters, exploring the depths of their eccentricities and the interplay of their destinies in a rich narrative that transcends conventional storytelling boundaries.  

Read Ocho peculiares by Lalia Alejos

Detail Novel

Title: Read Ocho peculiares by Lalia Alejos
Publisher: Rebootes.com
Ratings: 9.3 (Very Good)
Genre: Romance, Billionaire
Language: Spanish    
 

Read Ocho peculiares by Lalia Alejos

Capítulo 1

Ciudad Lavanda, primera zona residencial; Mansión Juárez. Hoy era el festival de las linternas. Luces de colores estaban decoradas alrededor de la casa, dando un toque de calidez a la fría atmósfera de la Familia Juárez. De repente, un grito resonó por toda la mansión. —Ay. Seguido de un ruido sordo, ¡una mujer embarazada cayó por las escaleras! Todos se sorprendieron y corrieron hacia ella. Esteban Juárez, presidente de la Corporación Ador Juárez, preguntó rápido: —Débora, ¿estás bien? El rostro de la mujer palideció al ver la sangre fresca que le corría por las piernas. Horrorizada, respondió: —Esteban, me duele... Nuestro bebé... ¡Rápido, salva a nuestro bebé! La madame de la casa, Paula Andrade, presa del pánico, preguntó: —¿Qué sucedió?
Débora miró hacia lo alto de las escaleras con lágrimas en los ojos. Todos levantaron la vista y vieron a una niña, de unos tres años, de pie en lo alto de la escalera. Al ver la mirada de todos, abrazó con fuerza el conejo de juguete que tenía en los brazos, asustada. Ricardo Juárez rugió furioso: —¿Fuiste tú quien empujó a Débora? La niña hizo un berrinche. —No fui yo, y yo no... Mientras lloraba, Débora suplicó: —No... Papá, no es culpa de Liliana. Todavía es joven, y ella no quería... Sus palabras reafirmaron rápido que era culpa de Liliana. Los ojos de Esteban se oscurecieron, y ordenó de inmediato: —¡Enciérrenla en el ático! Me ocuparé de ella en cuanto regrese. El otro se apresuró a enviar a Débora al hospital mientras los sirvientes arrastraban a Liliana escaleras arriba. Incluso cuando se le cayó un zapato, mantuvo un rostro obstinado y no suplicó ni gritó pidiendo ayuda.

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