Read Ocho peculiares by Lalia Alejos Capítulo 77

Read Ocho peculiares by Lalia Alejos Capítulo 77

Capitulo 77 Espiritu de la vanidad Roxana Lombardo 

Capítulo 77 Espíritu de la vanidad Roxana Lombardo 

Maya León comenzó a llorar tras ser escupida

-Me comió! ¡Ella en verdad me comio

-Ambos somos espíritus que fuimos atrapados, pero aquí está ella tratando de intimidarme

El espíritu de la vanidad fue inmovilizado por una presión invisible que la dejó inmóvil. Sonrió con frialdad

-Hago lo que quiero! Ninguno de ustedes va a conseguir ningún tipo de paz 

Tenía los ojos enrojecidos mientras miraba a Liliana. De repente, Pablo le golpeó la nuca

-Es a mi discipula a quien intentas amenazar

La cabeza del espiritu de la vanidad salió volando por el impacto y rodó hasta los pies de Josué. Lilian quedo boquiabierta al ver la cabeza perdida caer hacia su primo, Josué trago saliva 

-¿Qué estás mirando

Liliana señaló a la cabeza del espiritu de la vanidad

-La cabeza de la Señorita Luchadora de Sumo se cayó. Ahora mismo está bajo tus pies

El se levantó rápido y se sentó junto a Liliana

-El asiento no es muy cómodo. Creo que deberia quedarme aquí

Ella asintió

-De acuerdo

Ni siquiera iba a intentar explicarse más. Con un movimiento de muñeca de Pablo, la cabeza voló hacia Se sentó con las piernas cruzadas, apoyó la barbilla y preguntó

-¿Cómo moriste

El espíritu de la vanidad se burlo

-No te voy a decir nada

Le golpeó la cabeza y la hizo rebotar antes de volver a tirar de ella. Era como si jugara con un yoyo. -¿Por qué moriste

La cabeza del espiritu zumbaba. Podia arrancarse la cabeza sin problemas, pero eso no significaba que pudiera salir ilesa con Pablo dándole bofetadas. ¡Estaba claro que no era un espiritu cualquiera

-Que… 

El espiritu de la vanidad se irritó. Pablo se preparó para hacerlo de nuevo

-Oh, todavía no quieres hablar

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Capitulo Espiritu de la vanidad Roxana Lombardo 

stan ug 

Liliana miraba con los ojos muy abiertos

PantelmeeresoPara que estoy aprendiendo todo esto 

TulipanPablo le hizo señas a Liliana

Brute lavandad, recordando que Liliana la habia tirado al suelo izpado 

-Duterte. Hablare. No me hagas daño

lime mucho más temible comparada con Pablo. No tema ninguna posibilidad contra la ni ha.com impotencia 

-Mi nombre es Roxana Lombardo, Yo era una mujer de mucho dinero… 

Bilans pregunto de repente 

Ebespiritede in vandad contuvo la respiración antes de decir 

-Me abri camino hasta la cima

Tanto Liliana como Pablo no le creyeron la inucion de Lilianate teel espiritu mentia. P menó an habia. El espiritu de la vanidad ludis hooor 5411cember: Er vndosa incluso cuando l amenazaban. Al final, el espiritu no tivo más emaiore 

Puremolcada en una imprenta cundo nun sava 

Requito que, en erecto, trabajaba en una imprenta Una noche se encontro con la hildel director. one w incteron amigas

diarel taller, La suerte estaba de macilidad de llevaria a casa. Ambas se 

Hamic Porti 

Nos hicimos intima. A menudo me invitato poner un filete y comi camarones grandes y firmes Siermeenemenquelos camarones estabary medio vac supe a gi 

dentro… 

Pablo comprendió al instante que se reforzarotes muertosancios. Los camarones contien altos niveles de listiclina, que es la razón de su delicioaselor Lasbacterras descomponen rapido ic comparanes muertos, en cuyo momento davame seedwercasm desprende un mal olor. Los.cama asi e vendiana menudo a pequenos i estaumute duettoihe.comida por las calles, se anadian aror para cimascary el olor. Al comerias, solo querisi 

-Vpregunto Liliana 

Joue que no podia escuchar nada, estaba entrando panico

  • esperar 

Nequeria ver nada, pero queria saber conceppinude la vanidad, pero tenta que espe Liliana terminara de interrogaria

El espiritu continu 

-Mi mejor amiga me ofrecía ropa que vote flamben algunos bolsos y joyas…. 

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Capitulo 77 Espinim de la vanidad Roxana Lombardo 

ami 

Al principio se alegs que solo fueran las sobras no deseadas de sus amigas, porque em nunca podria permitive. Ell padre de su thejor amiga no solo era el director de la imprenta, mm presidente de un grupo. La imprenta era solo uno de los muchos negocios de la fumiin

-Disfrute des que tamis habra sonado gracias a ella… 

fba de compeu amiga después del trabajo y la veia comprar todo lo que le gusta simpel Sega mladowe delestata con las miradas de envidia que les lanzalsan. Era come snelia mian 

—Estaba en cas de mu mejor amiga cuando el director de la tienda GUOLE le mure en pertso 

de la temporada para que los eligiera. Ese dia se gasto doscientos mil 

perente solo sonrió y se fue. –Roxana continuo amrtida 

por fin que eu am como los ricos compraban su ropa. Los articulos de lujo que se veretlen e sh son las seitaris que los ricos no querian

compras con su amiga ya era una hazaia impresionante

genente de in tienda se lo llevara rodo en persona a la puera? Que cont de Michae 

Laws de diretor de la tienda y el billete de doscientos mil dejaron una ayout impresione Aquell love de ropa permitió que le llegaran mas vestidos de lujo. Llevaica un gioco de GROLET u de SCD y tapatos de DHE Una simple taza de Starbucks le costaba emelte de um than 

Como puede un hombre asi seguir viviendo en ese dormitorio de diez taciraciones de in fabric 

o vale la pena en absoluta

Pablo le quedó sin habla. Se olvido de quien era en realidad despues de 

-Que paso despues 

Libana levantó la barbilla mientras escuchaba a Roxana contar stoleroval 

Querin alquilar una vivienda. El agente de la vivienda se quen eneo la vestida con articulos de li me presentó apartamentos de alta clase…. 

así 

Las miradas aduladoras y envidiosas del agente, asi como los pitdex o su piel palica su bellt 

scumpildas, care au ý le producian una despiadada satisfacción de vanidad. Clure que era pilica. Estaba en la imprenta dia din, salin a las siete de la mañana y volvia a las once de la noche

una mujer rica en medio de todos los cumplidos.. 

-Au que alquile un apartamento por cinco mil al ines…. 

pulida? En verdi 

arrepinto despues de firmar el contrato, pero no podia hacer nada mango el agente la observaba c tanta avidez. A pesar de haber malgastado una decada en la limen, da su horas extras solo ascendi 

Liliana empezó a contar

Hilario era de tres mil, el alquiler de cinco mil. Eaux qgufa que aún

-Dos malrespondió Josue

Liliana se quedo de piedra

Eso es mucho dinerol ¿Como consegu 

Capítulo 77 Espiritu de la vanidad Roxana Lombardo 

Roxana sonno con amarguri

-Si. Cómo compensé la diferencia 

Tuvo que pagar un depósito de tres meses; con lo que tuvo que desembolsar veinte mil desde el pri Solo tenia m… 

12:51 Sat, 16 Dec 


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Score 9.9
Status: Ongoing Released: 12/16/2023 Native Language: Spanish
Ocho Peculiares" by Lalia Alejos is a captivating novel that intricately weaves together the lives of eight peculiar characters, exploring the depths of their eccentricities and the interplay of their destinies in a rich narrative that transcends conventional storytelling boundaries.  

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Detail Novel

Title: Read Ocho peculiares by Lalia Alejos
Publisher: Rebootes.com
Ratings: 9.3 (Very Good)
Genre: Romance, Billionaire
Language: Spanish    
 

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Capítulo 1

Ciudad Lavanda, primera zona residencial; Mansión Juárez. Hoy era el festival de las linternas. Luces de colores estaban decoradas alrededor de la casa, dando un toque de calidez a la fría atmósfera de la Familia Juárez. De repente, un grito resonó por toda la mansión. —Ay. Seguido de un ruido sordo, ¡una mujer embarazada cayó por las escaleras! Todos se sorprendieron y corrieron hacia ella. Esteban Juárez, presidente de la Corporación Ador Juárez, preguntó rápido: —Débora, ¿estás bien? El rostro de la mujer palideció al ver la sangre fresca que le corría por las piernas. Horrorizada, respondió: —Esteban, me duele... Nuestro bebé... ¡Rápido, salva a nuestro bebé! La madame de la casa, Paula Andrade, presa del pánico, preguntó: —¿Qué sucedió?
Débora miró hacia lo alto de las escaleras con lágrimas en los ojos. Todos levantaron la vista y vieron a una niña, de unos tres años, de pie en lo alto de la escalera. Al ver la mirada de todos, abrazó con fuerza el conejo de juguete que tenía en los brazos, asustada. Ricardo Juárez rugió furioso: —¿Fuiste tú quien empujó a Débora? La niña hizo un berrinche. —No fui yo, y yo no... Mientras lloraba, Débora suplicó: —No... Papá, no es culpa de Liliana. Todavía es joven, y ella no quería... Sus palabras reafirmaron rápido que era culpa de Liliana. Los ojos de Esteban se oscurecieron, y ordenó de inmediato: —¡Enciérrenla en el ático! Me ocuparé de ella en cuanto regrese. El otro se apresuró a enviar a Débora al hospital mientras los sirvientes arrastraban a Liliana escaleras arriba. Incluso cuando se le cayó un zapato, mantuvo un rostro obstinado y no suplicó ni gritó pidiendo ayuda.

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