Read Ocho peculiares by Lalia Alejos Capítulo 18

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Capítulo 18 Liliana no se rendirá en una pelea

+10 perlas

Galena miró el vestido brillante de Liliana. Estaba asombrada, ya que era su primera vez viendo un vestido tan magnifico. Un vestido tan bonito debía ser usado por Ana en lugar de ella.

-Ana, te conseguiré uno la próxima vez -dijo Galena.

-INo! ¡Yo quiero ese! —exclamó Ana.

-¿No es ese un vestido exclusivo de GYFY? Es el único disponible porque lo hacen a la medida. Si no fuera para Liliana, ese vestido habría sido para Ana-comentó Elena.

Galena quiso refutar eso, pero se dio cuenta de que las palabras de Elena eran verdad. La Familia Castellanos solia tratar a Ana como a una princesa, pero habían desviado su atención y cuidado hacia Liliana cuando ella llegó. Ana se quedó sin nada, ya que todas sus pertenencias se las dieron a Liliana. Galena estaba molesta porque las trataban de forma injusta.

La Familia Castellanos se habia olvidado que compraron un vestido para Ana similar al de Liliana. Ambos eran vestidos estrellados de diferentes estilos, pero los precios eran idénticos. Ana estaba al borde del llanto después de escuchar las palabras de Elena. Mientras Galena estuvo a punto de llevarla a su habitación ella salió corriendo hacia abajo.

—¡Ana! —exclamó Galena mientras corria detrás de ella.

Liliana estaba sentada a la mesa con otros niños mientras esperaban el pastel. Entre las niñas se sentó un niño pequeño, era Dario; el hermano mayor de Liliana. Dario era el hijo mayor de Antonio. Estaba ahí para cuidar a Liliana, como le había instruido su padre. Parecia estar bien, ya que no portaba ninguna expresión, justo como Antonio.

Mientras Liliana cortaba el pastel, todos los niños salivaban. Liliana también se sentía tentada, pero le pasó el pedazo de pastel a Darío en su lugar.

-Darío, leste es para ti! -dijo Liliana.

-Yo paso-contestó Darío girando la cabeza, no le agradaba mucho Liliana.

Ella se decepcionó y tomó el pedazo de pastel.

-Ah, lignóralo, Tulipán! Hoy es tu cumpleaños, ¿qué te parece si aprendes un pequeño truco?- Pablo dijo, tratando de animarla.

Cuando Liliana estuvo a punto de responder, una figura cayó sobre ella. Ana jaló el vestido de Liliana y gritó:

-¡Este vestido es mío! ¡Me lo quitaste! ¡Eres mala!

Ana empujó a Liliana a la fuerza y causó que se le cayera el pastel sobre el vestido. Liliana estaba aturdida.

-El tio Antonio me dio este vestido….

Liliana trató de explicarle, sin embargo, Ana no se molestó y le dio una bofetada a Liliana.

-¡Te voy a matar a golpes! ¡Te odio! ¡Aléjate de mi casa! ¡No quiero que regreses! -sollozó Ana con fuerza.

Liliana estaba furiosa. Ana le había quitado a Poli, le arrebató el vestido, y ahora le estaba pegando. Liliana también la abofeteó. Ana se quedó impactada. Se cubrió la cara y lloró:

-¡Me pegaste! ¡Te atreviste a pegarme!

Liliana se mordió los labios, sintiéndose insegura sobre lo que vendría. No obstante, se mantuvo resiliente y habló:

-¡Tu me pegaste primero, asi que hice lo mismo!

Su madre le había enseñado a defenderse si no podía razonar con su oponente. Liliana trató de explicarle, pero Ana no le hizo caso, así que decidió pegarle también. Siguieron peleando entre sí. El brazalete rojo de Liliana comenzó a brillar mientras sacaba volando a Ana con una bofetada. Ana cayó al suelo con una sensación de ardor en la mejilla. Lloró con fuerza. La pelea se acabó en un instante. Las niñas estaban confundidas. Dario corrió a ayudar a Liliana.

-¿Estás bien?-le preguntó.

Aunque a Darío le disgustaba Liliana, su padre le había ordenado cuidarla. Liliana sacudió la cabeza en silencio con los ojos llenándose de lágrimas. Los sollozos de Ana perforaban los oidos. Nadie esperaba que las dos hijas de la Familia Castellanos comenzaran a pelear de la nada. Galena corrió hacia allá y revisó sus heridas.

¿Cómo puedes pegarle a tu hermana? -preguntó Galena furiosa.

Liliana apretó su vestido y murmuró:

-Ella me pegó primero…

Galena vociferó:

-¡Esas son tonterías! ¡Ana jamás le pegaría a nadie!

-Es verdad, Ana comenzó la pelea -dijo Dario, frunciendo el ceño.

-¡Fue ella! ¡Liliana me pegó primero! ¡Ese es mi vestido! ¡Me lo robó y ahora me pega! ¡Liliana es una niña mala! ¡Es una malcriada astuta! -sollozó Ana.

Pronunció las palabras que Galena y Elena habian dicho. La multitud estaba asombrada.

-INo puedo creer que el vestido que está usando era de Ana!

-¡La niña le arrebató su adorado vestido a su hermana en cuanto llegó a la Familia Castellanos!

-Sí, la Familia Castellanos ignora las acciones de Liliana. ¡Son tan crueles con Ana!


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Score 9.9
Status: Ongoing Released: 12/16/2023 Native Language: Spanish
Ocho Peculiares" by Lalia Alejos is a captivating novel that intricately weaves together the lives of eight peculiar characters, exploring the depths of their eccentricities and the interplay of their destinies in a rich narrative that transcends conventional storytelling boundaries.  

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Detail Novel

Title: Read Ocho peculiares by Lalia Alejos
Publisher: Rebootes.com
Ratings: 9.3 (Very Good)
Genre: Romance, Billionaire
Language: Spanish    
 

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Capítulo 1

Ciudad Lavanda, primera zona residencial; Mansión Juárez. Hoy era el festival de las linternas. Luces de colores estaban decoradas alrededor de la casa, dando un toque de calidez a la fría atmósfera de la Familia Juárez. De repente, un grito resonó por toda la mansión. —Ay. Seguido de un ruido sordo, ¡una mujer embarazada cayó por las escaleras! Todos se sorprendieron y corrieron hacia ella. Esteban Juárez, presidente de la Corporación Ador Juárez, preguntó rápido: —Débora, ¿estás bien? El rostro de la mujer palideció al ver la sangre fresca que le corría por las piernas. Horrorizada, respondió: —Esteban, me duele... Nuestro bebé... ¡Rápido, salva a nuestro bebé! La madame de la casa, Paula Andrade, presa del pánico, preguntó: —¿Qué sucedió?
Débora miró hacia lo alto de las escaleras con lágrimas en los ojos. Todos levantaron la vista y vieron a una niña, de unos tres años, de pie en lo alto de la escalera. Al ver la mirada de todos, abrazó con fuerza el conejo de juguete que tenía en los brazos, asustada. Ricardo Juárez rugió furioso: —¿Fuiste tú quien empujó a Débora? La niña hizo un berrinche. —No fui yo, y yo no... Mientras lloraba, Débora suplicó: —No... Papá, no es culpa de Liliana. Todavía es joven, y ella no quería... Sus palabras reafirmaron rápido que era culpa de Liliana. Los ojos de Esteban se oscurecieron, y ordenó de inmediato: —¡Enciérrenla en el ático! Me ocuparé de ella en cuanto regrese. El otro se apresuró a enviar a Débora al hospital mientras los sirvientes arrastraban a Liliana escaleras arriba. Incluso cuando se le cayó un zapato, mantuvo un rostro obstinado y no suplicó ni gritó pidiendo ayuda.

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