Read Ocho peculiares by Lalia Alejos Capítulo 17

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Capítulo 17 El vestido de estrellas de Liliana

Galena abrazó a Ana, que estaba llorando. Comenzó a soltar lágrimas también. Galena sentía que la situación era demasiado cruel porque Luis seguía indiferente hacia Ana, a pesar de haber estado juntos por seis años. Mientras lloraban, Elena recibió una videollamada.

-¿Qué está pasando? -le preguntó en cuanto Galena le contestó. Galena procedió a decirle a Elena todo lo que había pasado-. ¡Parece que tenía razón! Cuando los Castellanos solo tenían a Ana, ila consentian como a una princesa! ¡Pero todo ha cambiado desde que esa mocosa se unió a la familia! -pronunció Elena, furiosa.

Ana lloró más fuer mientras escuchaba su conversación. Se dio cuenta de que esa era la primera vez que le habían pegado, sin embargo, nadie se preocupó por ella.

Mamá, eso es suficiente -murmuró Galena, frustrada

-¿Dije algo malo? ¡Es la verdad! ¡El hecho de que una hija legitima no sea rival para una malcriada adoptada me deja sin palabras! -dijo Elena mientras miraba a Galena por la pantalla.

-Liliana heredará el apellido Castellanos pronto —dijo Galena.

Elena sacudió la cabeza y dijo:

-¡Será el fin de Ana para cuando eso pase! Liliana es una mocosa que no debería ser provocada. Empujó a su madrastra por las escaleras y le provocó un aborto. A pesar de eso, isus tios decidieron encubrir la verdad y causaron que la Familia Juárez cayera en la bancarrota!

Galena frunció el ceño y contestó:

-¿No fue la madrastra de Liliana la que se provocó su propio aborto para inculparla a ella?

-Dame un momento, te enviaré la evidencia -dijo Elena,

Galena recibió una grabación de video al segundo siguiente. La grabación era de una persona que había usado un filtro para la voz. Afirmó ser buen amigo de Débora. La grabación mostraba un reporte médico que declaraba que Débora habia pasado por condiciones críticas dos veces, debido a un aborto. Después de eso, una grabación de video mostró a dos guardaespaldas forzando a Paula, Ricardo y a Esteban afuera de la Mansión Juárez. Además, la grabación reveló a Eduardo sosteniendo la cabeza de Esteban y aplastándola con fuerza contra la pared. Los rostros de la Familia Castellanos habían sido censurados en el video, a excepción del de Liliana.

Elena dijo:

-¿Quién arriesgaría su vida solo para inculpar a una niña? No hay forma en la que Débora se lastimara a sí misma y a su futuro hijo solo por odio. ¡Sufrió una pérdida de sangre mayor dos veces! Dijeron que Ana está siendo desobediente, ¡pero Liliana está descarriada por completo! Es una malcriada astuta y sigue poniendo una buena fachada, a pesar de su corta edad. Liliana golpeó hoy a Ana, sin embargo, la Familia Castellanos lo ignoro. ¡Eso prueba que Liliana ha estado diciendo tonterías y hablando mal de Ana!

Galena se disgustó después de ver el video.

-Parece que tenemos que estar en guardia cuando Liliana esté cerca-dijo.

Liliana mató al bebé de su madrastra. Es una malcriada astuta. Está poniendo una fachada…..

Ana mantuvo esas palabras en su mente mientras escuchaba.

El video no había sido distribuido a los grandes medios. En lugar de eso, se esparció por canales discretos. El hecho de que Liliana habia provocado el aborto de Débora y la bancarrota para la Familia Juárez había llegado a múltiples grupos en internet dentro de una semana. Sin embargo, la Familia Castellanos no se enteró hasta el cumpleaños de Liliana.

Las invitaciones al cumpleaños de Liliana se enviaron antes de tiempo. La Familia Castellanos estaba emocionada de anunciar que Liliana iba a heredar el nombre de la Familia Castellanos y se convertiria en un miembro oficial. Habían invitado a celebridades de la ciudad.

El guardarropa de Liliana estaba lleno de muchos vestidos de diferentes estilos y colores.

-Liliana, ¡escoge un vestido que te guste! -dijo Beatriz mientras le daba palmaditas en la cabeza a Liliana.

-¿Cualquier vestido que me guste? -preguntó Liliana.

Beatriz asintió y contestó:

-Así es. Todos estos son tuyos.

Liliana lo dudó por un momento y se acercó a Beatriz. Le dio un beso en la mejilla y dijo:

-¡Gracias, abuelita!

Liliana eligió un vestido violeta con estilo de princesa. Se agarró el cabello en dos coletas con dos broches en forma de mariposa. También se puso una banda con un moño para terminar.

-Te ves tan adorable -dijo Beatriz.

Liliana sonrió y tocó la nariz de Beatriz con su dedo. Dijo:

-¡La abuela también es adorable!

Dos figuras se estaban escabullendo por la activa mansión. Eran Débora y Esteban. La Mansión Castellanos estaba decorada con luces brillantes y llena con canciones melodiosas.

Débora sintió envidia al ver la ocasión tan animada. Nadie sabía lo que había sufrido. Su rostro tenía cicatrices y Esteban la golpeaba múltiples veces, ya que la detestaba. La Familia Juárez le daba órdenes como si fuera su sirvienta. Esteban se asomó por ahí y dijo:

-No tenemos una invitación. ¿Cómo la vamos a conseguir?

Débora reprimió sus emociones y respondió:

-Esteban, somos los padres de Liliana. No hay razón por la que no podamos entrar. Solo tenemos que decirles eso a los guardias. Sin embargo, hay un pequeño problema. –Débora se sintió avergonzada al ver su ropa andrajosa.

-¿Qué pasa?-preguntó Esteban

-Vamos por ropa formal. Debemos vestirnos de forma adecuada para la ocasión especial-dijo

Débora.

—¡No tenemos dinero para eso! -Esteban se frustró.

-Pues, iconozco un lugar donde podemos vender sangre! -replicó Débora.

Antonio sostuvo la mano de Liliana y la guio abajo. Ella estaba vestida con su ropa nueva, pero sostenia un viejo conejo de peluche. Gilberto, Jonás y Bruno fueron detrás de ella. Sin embargo, nadie más notó al espiritu que los seguia. Pablo estaba inclinado contra el barandal de la escalera. Sonrió y habló:

-Bien. Llegan justo a tiempo.

Pablo tronó los dedos mientras la luz brillaba sobre Liliana. Su vestido violeta comenzó a brillar como el cielo nocturno estrellado. Todos estaban fascinados con su apariencia. Después de ver el video, la mayoría había cambiado su impresión sobre Liliana. Algunos tenían miedo de que sus hijos se le acercaran, mientras que ellos hacian lo opuesto a agradarle. Ana se quedó parada en el segundo piso y miró a Liliana. Apuntó a su vestido y exigió:

Mami, iyo también quiero ese vestido!

Uha hina especial


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Score 9.9
Status: Ongoing Released: 12/16/2023 Native Language: Spanish
Ocho Peculiares" by Lalia Alejos is a captivating novel that intricately weaves together the lives of eight peculiar characters, exploring the depths of their eccentricities and the interplay of their destinies in a rich narrative that transcends conventional storytelling boundaries.  

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Detail Novel

Title: Read Ocho peculiares by Lalia Alejos
Publisher: Rebootes.com
Ratings: 9.3 (Very Good)
Genre: Romance, Billionaire
Language: Spanish    
 

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Capítulo 1

Ciudad Lavanda, primera zona residencial; Mansión Juárez. Hoy era el festival de las linternas. Luces de colores estaban decoradas alrededor de la casa, dando un toque de calidez a la fría atmósfera de la Familia Juárez. De repente, un grito resonó por toda la mansión. —Ay. Seguido de un ruido sordo, ¡una mujer embarazada cayó por las escaleras! Todos se sorprendieron y corrieron hacia ella. Esteban Juárez, presidente de la Corporación Ador Juárez, preguntó rápido: —Débora, ¿estás bien? El rostro de la mujer palideció al ver la sangre fresca que le corría por las piernas. Horrorizada, respondió: —Esteban, me duele... Nuestro bebé... ¡Rápido, salva a nuestro bebé! La madame de la casa, Paula Andrade, presa del pánico, preguntó: —¿Qué sucedió?
Débora miró hacia lo alto de las escaleras con lágrimas en los ojos. Todos levantaron la vista y vieron a una niña, de unos tres años, de pie en lo alto de la escalera. Al ver la mirada de todos, abrazó con fuerza el conejo de juguete que tenía en los brazos, asustada. Ricardo Juárez rugió furioso: —¿Fuiste tú quien empujó a Débora? La niña hizo un berrinche. —No fui yo, y yo no... Mientras lloraba, Débora suplicó: —No... Papá, no es culpa de Liliana. Todavía es joven, y ella no quería... Sus palabras reafirmaron rápido que era culpa de Liliana. Los ojos de Esteban se oscurecieron, y ordenó de inmediato: —¡Enciérrenla en el ático! Me ocuparé de ella en cuanto regrese. El otro se apresuró a enviar a Débora al hospital mientras los sirvientes arrastraban a Liliana escaleras arriba. Incluso cuando se le cayó un zapato, mantuvo un rostro obstinado y no suplicó ni gritó pidiendo ayuda.

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