Read Ocho peculiares by Lalia Alejos Capítulo 157

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Capítulo 157 Julieta regresa a la Familia Castellanos

Julieta salió volando y se colgó de la copa de un árbol. Un pajarito se asustó y salió volando con un chillido, dejando caer un montón de excremento, Julieta estaba desconcertada.

-¿Qué pasó?

Se acordó de lo que acababa de pensar.

Esto no es una chamarra acolchada reconfortante, es una fuga de aire… Espera un segundo, čacabo de salir del cuerpo de Gema?».

Julieta subió flotando a toda velocidad y se dio cuenta de que hace un momento era inseparable del huésped por mucho que luchara, pero ahora era libre. Voló hacia Liliana.

-¡Nunca pensé que fueras tan poderosa!

Liliana tenía una expresión de superioridad. Las dos felices chicas no se percataron de que se acercaba una energia maligna….

Pablo frunció el ceño y vio a su alrededor, solo para notar que entre una docena y una veintena de fantasmas se reunian, poco a poco, frente a la mansión de la Familia Castellanos.

Estos fantasmas veían directo a Julieta que brillaba de color dorado, con los ojos brillantes. Pablo pensó:

Más vale que esto no sea como me imagine que sería… Los fragmentos de alma dispersos de Julieta deben haber sido “divididos” por los fantasmas circundantes.

por los fantasmas circundantes por accidente…”.

Liliana no se dio cuenta de los fantasmas en la distancia, jaló a Julieta y a toda prisa corrió hacia la Abuela Castellanos.

-¡Abuela, ya regresamos!

La niña se arrojó a los brazos de la Abuela Castellanos. Julieta también fue arrastrada a los brazos de la Abuela Castellanos. La Señora Castellanos extendió los brazos para abrazar a Liliana y Julieta también se sintió abrazada.

-¡Cariño, ya llegaste!

Las inexplicables vicisitudes y la soledad desaparecieron de ella en ese momento y había una amable sonrisa en su rostro. Julieta no sabía por qué, pero sus fosas nasales estaban calientes y las lágrimas corrían a raudales.

-Qué raro, por qué sigo llorando…

Julieta se secó las lágrimas, pero la luz dorada rodó. Como fantasma, tanto si lloraba como si sangraba, ambos eran típicamente malignos por naturaleza. Sin embargo, Julieta era asombrosa, las lágrimas que derramaba no eran espíritus malignos sino bendiciones.

Liliana recordó que el Maestro le dijo después de encontrar a su madre que debería ser enviada a reencarnarse. Estaba un poco triste, pero después de pensarlo un momento, su madre había traido muchas bendiciones para reencarnarse y ella debería ser una persona muy bendecida en el futuro. ¡Eso también fue una bendición!

14

Al pensar en esto, Liliana volvió a ponerse contenta y preguntó:

Abuela, tengo hambre! Mamá también tiene hambre.

La Abuelastellanos la escuchó mencionar de nuevo a su madre y penso que Liliana debía de extrañarla. otra vez, así que le acarició la cabecita.

–Está bien, entonces Liliana y mamá van a comer, ide acuerdo?

Liliana se animó, jaló a Julieta y se echó a correr. Después de correr dos pasos, se acordó de su nueva hermana, así que regresó para jalar también de Gema. La joven no esperaba que la casa de Liliana fuera tan grande y lujosa, como un palacio, estaba asombrada.

-Oh, ya traje a Liliana de regreso a salvo, asi que voy a volver a mi casa… -dijo la joven.

De modo inesperado, Liliana corrió hacia ella, la agarró y salió corriendo:

-Hermana, come, come!

Su nueva hermana llevó a su madre de vuelta, ise merecía esa comida! Gema respondió:

-No, en verdad no tienes que….

Justo en ese momento, un loro verde brillante salió volando, agitando las alas y gritando:

-¡Si no trabajas duro, tienes un problema en el cerebro! Los que hacen la comida tienen alma y los que cocinan son todos unos maestros.

Gema se asombró.

-Oh…

Braulio dijo:

-Como ya estás aqui, el mayordomo te llevará después de cenar.

La Abuela Castellanos veía a Braulio con suspicacia y preguntó:

-¿Ella es…?

Liliana dijo:

-Abuela, esta es la chica que trajo de vuelta a mi madre, imi nueva hermana de fraternidad! -Le hizo un gesto a Gema—. Hermana, ven, ipuedes llamarla abuela! -Entonces llegó Antonio, Liliana volvió a decir – Este es el tío, ipuedes llamarlo, tio!

La comisura de los labios de Gema se torció.

No tienes que hacerlo, no tienes que…”.

Braulio tenía las manos en la silla de ruedas de la Abuela Castellanos y mientras la empujaba hacia la habitación, le explicó lo que acababa de ocurrir. La Abuela Castellanos no pensó demasiado en ello, pero a Antonio se le apretó el corazón…

24

הנו

Liliana dijo que Gema trajo de vuelta a Julieta? Entonces…..

Antonio vio la parte superior de la cabeza de Gema con calma. Gema mantuvo la sonrisa. Había mucho. panico en su corazón.

¿Por qué esta familia siempre me ve a la cabeza?».

Liliana era una niña muy linda. Su familia no podia ser de enfermos pervertidos, que querían cortarle la cabeza, ¿verdad? Esta casa era tan lujosa, parecia un palacio de un cuento de hadas….

-¿Podrían ser vampiros?.

Gema se sintió aún más incómoda ante ese pensamiento. Sujetó la puerta y se negó a entrar y dijo presa del pánico:

-Yo, ya me acordé de que no he terminado las tareas asignadas por mi profesor. Me voy a casa a hacer la

tarea.

Mientras hablaba, palmeó su mochila, indicando que tenía que hacer la tarea. Liliana la jaló con mucha fuerza:

-Hermana, no te preocupes, itú también puedes hacerla aqui!

La voz de la niña era muy dulce y se balanceaba un poco cuando le hablaba a su hermana. Gema vio a Liliana, con dudas. Pensaba demasiado… Eduardo, que tenia el rostro oscuro y una mirada feroz, acababa de salir de la habitación. Entonces Gema dijo:

-No, no es necesario, creo que dejé la tarea en casa…

Liliana vio su mochila con desconfianza. ¿No acababa de decir que su tarea estaba en la mochila? Antonio sacó una tarjeta de negocios y se la entregó.

-Soy Antonio de los Valores Castellanos, no te preocupes, nuestra familia no te venderá.

El proceso de pensamiento de Gema se rompió. Volvió a ver la tarjeta de visita.

Antonio, el presidente de Valores Castellanos».

Estaba sorprendida, iresultó ser la Familia Castellanos! Este ciclo estaba en el penúltimo año y había llegado el momento de hacer prácticas. Todos los compañeros de clase discutian sobre el futuro y las perspectivas de cada compañía.

Valores Castellanos era una compañía con la que todos soñaban, pero en la que era dificil entrar. El dia anterior también le dijo a su enamorado:

Sería genial si pudiera ir a Valores Castellanos a hacer unas prácticas. -No esperaba encontrarse hoy con el presidente de Valores Castellanos. Gema se quedó boquiabierta. Tartamudeó y se disculpó-: Sí, lo siento, yo, yo no quería decir que…

Mientras tanto, todos los fantasmas del exterior de la mansión rodeaban y observaban a Julieta. Liliana se sobresaltó. Vio a Pablo, pero este le hizo un gesto para que guardara silencio. No tuvo otra opción que fingir que no los veia y arrastró a Gema hasta la puerta.

3.4

En el comedor. Dario sostenía los cubiertos con elegancia, comiendo despacio. A su lado estaba Zacarias,

que enterró la cabeza en su comida sin hacer ruido, Josué se sentó frente a Darío y comió muy rápido, sus mejillas se abultaban cuando levantó la cabeza.

Alzó la cabeza al escuchar la voz y dijo feliz:

-¡Mi prima está de regreso!

Resultó que, cuando levantó la vista, vio a una niña de pie frente a ella, seguida de un montón de fantasmas. Algunos de estos fantasmas tenian globos oculares colgando de sus órbitas y a otros les faltaba un trozo de piel en la boca, dejando al descubierto unas encias podridas.

Algunos se agarraban los vientres abiertos y había un bebé fantasma colgando en sus estómagos. Algunas eran ancianas, con sudarios de color púrpura oscuro y apoyadas en muletas, que le sonreían a Josué cuando lo veian….

Más y más fantasmas se apilaron, como si sintieran la mirada de Josué, todos torcieron sus globos oculares con rigidez, viendo a Josué de forma extraña. El chico vomitó de repente la comida que tenía en la boca.

Darío y Zacarias, que estaban sentados uno frente al otro, fueron atacados, les rociaron el rostro con granos y restos vegetales.

-¡Puaj!

¿Tenía que estar tan emocionado solo por ver regresar a su prima?».

 


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Score 9.9
Status: Ongoing Released: 12/16/2023 Native Language: Spanish
Ocho Peculiares" by Lalia Alejos is a captivating novel that intricately weaves together the lives of eight peculiar characters, exploring the depths of their eccentricities and the interplay of their destinies in a rich narrative that transcends conventional storytelling boundaries.  

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Detail Novel

Title: Read Ocho peculiares by Lalia Alejos
Publisher: Rebootes.com
Ratings: 9.3 (Very Good)
Genre: Romance, Billionaire
Language: Spanish    
 

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Capítulo 1

Ciudad Lavanda, primera zona residencial; Mansión Juárez. Hoy era el festival de las linternas. Luces de colores estaban decoradas alrededor de la casa, dando un toque de calidez a la fría atmósfera de la Familia Juárez. De repente, un grito resonó por toda la mansión. —Ay. Seguido de un ruido sordo, ¡una mujer embarazada cayó por las escaleras! Todos se sorprendieron y corrieron hacia ella. Esteban Juárez, presidente de la Corporación Ador Juárez, preguntó rápido: —Débora, ¿estás bien? El rostro de la mujer palideció al ver la sangre fresca que le corría por las piernas. Horrorizada, respondió: —Esteban, me duele... Nuestro bebé... ¡Rápido, salva a nuestro bebé! La madame de la casa, Paula Andrade, presa del pánico, preguntó: —¿Qué sucedió?
Débora miró hacia lo alto de las escaleras con lágrimas en los ojos. Todos levantaron la vista y vieron a una niña, de unos tres años, de pie en lo alto de la escalera. Al ver la mirada de todos, abrazó con fuerza el conejo de juguete que tenía en los brazos, asustada. Ricardo Juárez rugió furioso: —¿Fuiste tú quien empujó a Débora? La niña hizo un berrinche. —No fui yo, y yo no... Mientras lloraba, Débora suplicó: —No... Papá, no es culpa de Liliana. Todavía es joven, y ella no quería... Sus palabras reafirmaron rápido que era culpa de Liliana. Los ojos de Esteban se oscurecieron, y ordenó de inmediato: —¡Enciérrenla en el ático! Me ocuparé de ella en cuanto regrese. El otro se apresuró a enviar a Débora al hospital mientras los sirvientes arrastraban a Liliana escaleras arriba. Incluso cuando se le cayó un zapato, mantuvo un rostro obstinado y no suplicó ni gritó pidiendo ayuda.

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