Read Ocho peculiares by Lalia Alejos Capítulo 156

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Capítulo 156 La nueva hermana

En el auto de vuelta a casa, Liliana estaba muy contenta. Le murmuró a Julieta que, después de llegar a la Familia Castellanos, su abuela la trataba muy bien y su tío también.

Ella era muy buena, Tortuga era muy buena, Poli también era muy

bueno…

Julieta tenía los ojos vacíos y desconcertados, pero estaba muy triste sin saber por qué. No recordaba nada. y no sabía por qué poseía a Gema.

Podria ser que… ien verdad tuvo una hija antes, cuando aún vivía y era la niña que tenía frente a ella?

Gema vio a Liliana, que hablaba sola y suspiró para sus adentros.

Esta niña extraña demasiado a su madre, no es cierto?-.

Parecía haber algo mal con el espíritu… Gema no pudo evitar acariciar la cabeza de Liliana y le dijo:

-Pequeña hermosa, yo ya no puedo ser tu madre, pero podemos pedir ayuda, ¿qué tal si formamos una mini fraternidad?

Liliana soltó un grito de confusión, al parecer solo reaccionando, y preguntó:

-¿Qué significa eso?

Gema dijo:

-Significa amigos que congenian enseguida, ¡y se convierten en hermanos o hermanas! A partir de ahora, tú serás mi hermana pequeña y yo seré tu hermana mayor. ¡Esto significa que nuestra relación será más estrecha!

Liliana asintió y de repente se dio cuenta:

-¡Muy bien, me encanta!

Gema levantó el helado y dijo:

-¡Ahora, después de comer este helado seremos buenas hermanas!

Liliana sostuvo el helado en alto.

-iSalud!

Las dos le dieron un buen bocado al helado y luego jadearon juntas.

Pablo y Braulio se quedaron sin palabras. Gema se alegró en el fondo de su corazón cuando vio las simpáticas expresiones de Liliana. Por fin la convencía de no ser su madre. Pensó que no podria seguir persiguiendo a su amor secreto si una niña la seguía llamando madre.

No pudo evitar pellizcar la mejilla de Liliana y le dijo:

-A partir de ahora, serás mi hermana, iadelante, llámame, hermana!

Liitana dijo feliz:

illermana!

Gema respondió con alegría:

-¡Hola!

Pablo se puso ansioso.

-Oigan, hola…

-¿Es demasiado precipitado? ¿Ni siquiera saben cómo se llaman?».

Pablo estaba a punto de decir algo cuando, de repente, Liliana señaló a Braulio.

-Hermana, este es mi padre. Si tú eres mi hermana, imi padre es tu padre? Hermana, illámalo, padre!

Gema soltó un chorro de helado por la boca. La comisura de la boca de Braulio se retrajo.

¡No hay necesidad de eso!».

Gema vio a Braulio y dijo:

-Hola, hola, este… ese… ¿gran, gran hermano?

Antes de que Braulio pudiera hablar, Ana dijo en voz alta:

-¡No! ¡No puedes llamarlo Hermano! Tienes que llamarlo a papá. ¡El padre del padre es el abuelo, la hermana del padre es la tía y el padre de la hermana es papi!

Liliana le dio la razón:

-¡Eso es verdad!

Gema pensó:

-Eso es vergonzoso».

La joven solo adoptó una hermanita por casualidad, ¿por qué la niña adoptaba un padre para ella?

De pronto, Liliana volvió a fruncir el ceño.

¡No, no, mi hermana no nació de mi padre, así que no puede llamarlo papi!

Pablo se quedó boquiabierto al ver que los dos adultos y las niñas estaban en verdad ensimismados…

Vio a Julieta y dijo con voz grave:

–Julieta?

Julieta respondió sin darse cuenta:

Pablo intentó averiguar su código secreto:

-¿Te acuerdas? Invencible desde el vientre materno? -Julieta no respondió, él volvió a decir-: Invencible desde el óvalo fecundado?

Julieta no tenia ni idea.

Eh?

-Este hombre era un pervertido, ¿verdad?»,

Se alejó de Pablo con mirada de disgusto. Pablo no supo qué decir.

-Pero…

«Bueno, hace algún tiempo, se moria por conservar la memoria durante la transmigración del alma, pero ahora olvidó todo por completo…”.

En ese momento sono el teléfono de Braulio, que lo descolgó, manteniendo el auricular un poco alejado de la oreja.

La voz de la Abuela Castellanos salió del auricular diciendo:

-¡Braulio! A dónde llevaste a Liliana y a Ana?

Julieta se detuvo de pronto al escuchar la voz de la Abuela Castellanos.

«Esa voz… ¿Por qué también me resulta tan familiar?».

Braulio se tocó la nariz din darse cuenta.

-Técnicamente no es un secuestro…

La Abuela Castellanos estaba ansiosa.

-¿Las llevaste a comer helado otra vez?

Braulio respondió:

-No puedes decir que es otra vez».

-En serio, es la primera vez que Ana come helado, así que cómo puedo responder que sí».

La Abuela Castellanos resopló con frialdad:

–Tienes treinta minutos para traerlas de regreso!

Braulio estaba a punto de decir que sí, pero la Abuela Castellanos se apresuró a decir:

-Olvidalo, te doy una hora y te advierto que no conduzcas demasiado salvaje…

Braulio levantó las cejas con pereza.

-No te preocupes. -Después de colgar el teléfono, Braulio dijo: ¡Siéntense bien!

apitulo 156 La nueva hermana

Laliana se apresuró a decir:

¡Espera! Todavia no termino de comer mi helado…

Lo mismo hizo Aria, su boca se puso roja de comer y dijo:

-Espera, todavía me queda un bocado…

Liliana levantó el cono..

-Padre, ¿por qué no le das un bocado?

Al pensar en la abuela, tanto Liliana como Ana se pusieron nerviosas. Braulio sonrió y dijo:

Come despacio, destruiremos las pruebas antes de llegar a casa.

Las dos niñas asintieron de inmediato. Diez minutos después. El todoterreno de Braulio ya había llegado a las afueras de la Mansión Castellanos, Liliana se escondió detrás del asiento del conductor y dijo nerviosa:

-¡Papá, papá, destruye las pruebas!

Braulio recordó.

-Oh… casi lo olvido.

Estacionó el auto delante del bote de basura que tenía al lado y se disponía a pedir a Liliana y Ana que le dieran los conos de helado vacíos. Liliana vio de izquierda a derecha, sudando con nerviosismo.

—Papá, ¿qué vamos a hacer? ¿Cómo destruimos las pruebas?

Liliana estaba nerviosa, como si estuviera a punto de hacer algo grande.

Braulio se rio.

-Destruir las pruebas significa que tiramos la basura antes de llegar a casa y que no se entere la abuela…

Liliana comprendió ahora y salió del auto con Ana, Gema estaba preocupada y la siguió. Cuando levantó la vista, notó que el sol poniente ya se había hundido en el horizonte y que el final del rio estaba a lo lejos. El brillante resplandor del atardecer teñía de rojo la mitad del cielo.

-Guau, es tan hermoso… -Gema no pudo evitar admirarlo.

Julieta, que estaba recostada de cabeza, veía el paisaje que tenía delante con expresión aturdida, siempre le resultaba familiar. Parecía haber visto este tipo de paisaje antes, como si hubiera caminado por aquí a menudo en su vida anterior…

A medida que el auto se acercaba más y más a la Mansión Castellanos, Julieta no sabía qué estaba pasando y se ponía nerviosa sin motivo.

En la puerta de la Mansión Castellanos, la Abuela Castellanos estaba sentada en una silla de ruedas, como una madre anciana que espera a que sus hijos vuelvan a casa. La luz del atardecer brillaba en su cabello blanco, haciéndola ver muy triste y solitaria.”

Julieta hio la mirada en la Abuela Castellanos, algo estaba a punto de salir de su mente y eso hizo que le

Capitulo 156 La nueva hermana

doliera la cabeza…

-Marná-murmuró Julieta sin querer.

A Liliana se le iluminaron los ojos:

-Mami, te acuerdas?

Julieta negó con la cabeza, no entendía por qué la saludaba así. Liliana la animó:

-No hay problema, cuando encuentre el fragmento de alina de mamá, mamá podrá recordarlo todo.

La niña se puso de puntitas, extendió el brazo y tomó la mano de Julieta. Julieta solo podía sentir una ráfaga de calor fluyendo por su alma.

Si esta niña fuera en verdad mi hija, seria una chamarra acolchada muy reconfortante…”.

Sin embargo, al segundo siguiente, Liliana le pellizcó la muñeca y la jaló de manera violenta. Julieta sintió que el mundo le daba vueltas durante un rato y salió volando con un silbido.

-¿Qué…?


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Score 9.9
Status: Ongoing Released: 12/16/2023 Native Language: Spanish
Ocho Peculiares" by Lalia Alejos is a captivating novel that intricately weaves together the lives of eight peculiar characters, exploring the depths of their eccentricities and the interplay of their destinies in a rich narrative that transcends conventional storytelling boundaries.  

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Detail Novel

Title: Read Ocho peculiares by Lalia Alejos
Publisher: Rebootes.com
Ratings: 9.3 (Very Good)
Genre: Romance, Billionaire
Language: Spanish    
 

Read Ocho peculiares by Lalia Alejos

Capítulo 1

Ciudad Lavanda, primera zona residencial; Mansión Juárez. Hoy era el festival de las linternas. Luces de colores estaban decoradas alrededor de la casa, dando un toque de calidez a la fría atmósfera de la Familia Juárez. De repente, un grito resonó por toda la mansión. —Ay. Seguido de un ruido sordo, ¡una mujer embarazada cayó por las escaleras! Todos se sorprendieron y corrieron hacia ella. Esteban Juárez, presidente de la Corporación Ador Juárez, preguntó rápido: —Débora, ¿estás bien? El rostro de la mujer palideció al ver la sangre fresca que le corría por las piernas. Horrorizada, respondió: —Esteban, me duele... Nuestro bebé... ¡Rápido, salva a nuestro bebé! La madame de la casa, Paula Andrade, presa del pánico, preguntó: —¿Qué sucedió?
Débora miró hacia lo alto de las escaleras con lágrimas en los ojos. Todos levantaron la vista y vieron a una niña, de unos tres años, de pie en lo alto de la escalera. Al ver la mirada de todos, abrazó con fuerza el conejo de juguete que tenía en los brazos, asustada. Ricardo Juárez rugió furioso: —¿Fuiste tú quien empujó a Débora? La niña hizo un berrinche. —No fui yo, y yo no... Mientras lloraba, Débora suplicó: —No... Papá, no es culpa de Liliana. Todavía es joven, y ella no quería... Sus palabras reafirmaron rápido que era culpa de Liliana. Los ojos de Esteban se oscurecieron, y ordenó de inmediato: —¡Enciérrenla en el ático! Me ocuparé de ella en cuanto regrese. El otro se apresuró a enviar a Débora al hospital mientras los sirvientes arrastraban a Liliana escaleras arriba. Incluso cuando se le cayó un zapato, mantuvo un rostro obstinado y no suplicó ni gritó pidiendo ayuda.

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