Read Ocho peculiares by Lalia Alejos Capítulo 69

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Capitulo 69 El espíritu de vanidad 

Capítulo 69 El espíritu de vanidad 

-No hay necesidad de darme las gracias. Acábatelo rápido -dijo Josué con disgusto mientras tomaba pañuelo de papel y le limpiaba la boca a Liliana

De hecho, Josué no queria limpiarle la boca a Lily en primer lugar, pero iy si la gente la veia seguir babeando a una edad tan avanzada? Josué se sintio avergonzado de ella

Por otro lado, Lily empezó a comer su comida sin detenerse. Mientras tanto, Josué le sirvió a Liliana co si fuera un camarero. Les quito la cáscara a los camarones uno por uno antes de ponerlos en su plato. Estaba tan ocupado que ni siquiera tuvo tiempo de probar un bocado de la comida

-Josué, comemurmuró Liliana mientras comia desesperada 

-Termina tu comida. No te preocupes por mi. Tu proxima clase es Literatura

-Uh…. 

Lily recordó que a Josué no le gustaba la literatura. A Dario le gustaba la literatura y leer libros. A Josué solo le gustaban los números y las matematicas

No obstante, Lily seguia contenta, Comió su comida al lado de Josué muy feliz

Por otro lado, la Señorita Luchadora se comportaba de manera cada vez más escandalosa sin Liliana y Pablo cerca

Carolina, que estaba sentada derecha, de repente sintió un peso en la espalda. Entonces, sintió que alguien pateaba su silla. Apresurada, se dio la vuelta para echar un vistazo

Carolina, čestás bien? ¿No dormiste bien anoche? preguntó la compañera de clase de Carolina que estaba sentada detrás de ella.. 

Carolina negó con la cabeza. Sin embargo, en cuanto volvió a darse la vuelta hacia el frente, su compañera de clase, que se sentaba detrás de ella, le dio otra patada en la silla y le entregó una nota. Carolina tomó la nota y le echó un vistazo. Era un párrafo bastante largo en un trozo de papel corto

Carolina, aunque no soy guapo, soy un buen chico. Eres la única chica a la que quiero y qué no volveré a enamorarme de otra persona. Te quiero. De Sergio. Por favor, firma aquí si aceptas ser mi novia.. 

La nota era de un chico llamado Sergio Blanco que se sentaba en la última fila

Era otro amor tierno. Aunque infantil, el chico le dio una nota a Carolina para expresar sus sentimientos

Sin embargo, a Carolina no le gustaba Sergio en absoluto. Justo cuando estaba a punto de escribir algo en la nota, la Señorita Gutiérrez se dio la vuelta. A toda prisa, Carolina tapó la nota con la mano

Con una sonrisa burlona, la Señorita Luchadora que estaba en la espalda de Carolina le susurró al oído e intentó hechizarla

que todo el mundo sepa que 

-Es tan emocionante enamorarse. Vamos, lee lo que pone en la nota y qu Sergio te quiere

Pronto, los ojos de Carolina se iluminaron. Levantó la mano y dijo en voz alta

Señorita Gutiérrez, Sergio me acaba de dar una nota

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Capitulo 69 El espiritu de vanidad 

Al oir eso, a Sergio casi se le cae el boligrafo 

-¿Qué? ¿Qué dijistel Quién te doma na 

La Señorita Gutierrez salto un chasquido y tro el libro de texto sobre la mesa. Estaba muy enfada Josué hacia un momento y in margo Carolina le estaba dando otro disgusto

No obstante, Carolina ain Smidele la nota v levo en voz alta 

-Carolina, te quiero. De Serpis 

Carolina leyó lo que podia la nota y se antio orgullosa después de leerla. De repente, la danse est carcajadas

-¡Sergio dijo que la quien 

mu 

Uno de los compañeros pudo mar soltar una carenada. Todos se empezaron a reir de mar 

2400 estar 

-¡Sergio Blanco, padele 

padres y hacertels 

be** 

Faktres que ven 

egrito la Schiona Gutare acosazide a tu compañera enviandole semejante nota Tengo que ve

interrumpiendo la cane 

La Señor 

Carolina

Sin embargo, Caps 

Por est rigón Comer 

De alcum

(Serino y descárea sa ina contra e. El rostro de Serpe 

insoluto. La Senonu Luchador

esar de que habsa herido le 

sencruenta indexmpribic. Ella an 

Justo especHH, KODIO 

instare. Sin embargo, la Senorita Gutierrez aguio nablane 

terminadar mchec 

Una vez terminada in clase, los alumnos se reunieron alrededor del pupitre de Carolin -Carolina imundo se te declaró Sergio 

muda guapo. Es muy atrevido al declararte su amor

Per a que no le gusta Carolina? Tiene toneladas de cartas de amer en su po Ca de une micas de Carolina saco todas las cartas de amor de sa cajon 

En el pamillo, todos los chicos seguían riéndose de Sergio. Sergio bajó la ate 

mburge, en cuanto vieron a la chica sacar todas las cartas de amor des 

mamad 

panemo en silenci Carolina, se quedar 

Carellida era una chica guapa y les gustaba a muchos chicos. Muchos de eles le hab curs de amor. Los chicos que se burlaban de Sergio se quedaron esta No podian creer que Carolina dejara que la otra chica leyera su cartas de 

msombreció la ca 

Devuelveme Ins s cartas. Pero para ser honesta, inunca me van a putut —dijo Carolina. -51. Carolina es la futura nuera de la Familia Soto. Está destinada

ve con la familia Soto algún día 

16 Dec 

87%

+1 Cupon 

Capitulo 69 El espíritu de vanidad 

Al oir eso, Carolina no lo nego. De alguna manera, se sintio incluso orgullosa de si misma. Ni se dio cuer de que la Señorita Luchadora a sus espaldas también se expandio. Estaba chupando la energia de vanida de Carolina y crecía cada vez más, no podia evitar segir expandiendose 

Pablo, que habia vuelto, la vio y sacudió la cabeza

-Que! Creció otra vez

Carolina era solo una niña. Si el fantasma de la vanidad seguia chupando su energia de vanidad, Carolina moriria en dos dias. Cuando Carolina murtens despunt de vanidad tornaria su cuerpo y la reemplazari 

Entonces, el fantasma de la vanidad evolucearta y se volveria mas feror. Antes de que las cosas empeoraran, Pablo sabia que tenia que atraparis primero 

-Pero ¿donde esta Lily? -pregunto Pablo 

En la oficina, la coordinadora como un verbo de arus y pereunto 

-Señorita Gutierrez, va bien la clase 

La Señorita Gutiérrez tomó un sito 

El consejo escolar le dedico macha atenciona Lana. Aunque la profesora de la clase no le tenia miedo a la gente influyente, na queria 

La coordinadora volvio a preguntar 

Como està Liliana 

La Señorita Gutierrez sonra y contesto 

la oruma algo 

-¿Que espera que pueda hacer una niña de cuatro años

Justo en ese momento, una profesora llego a la oficina y pregunto 

-Vio a Limana? Creo que se fue

Al oir eso, la profesora salió a ver. Sin embargo, parecía que tanto Liliana como Josué ya sabun ide 

-¿Cómo puedo saber a donde vai A lo mejor se está saltando las clases con su amiga. Neste case Tengo que seguirla adonde vaya 

La Señorita Gutiérrez funció el ceño

III 


Read Ocho peculiares by Lalia Alejos

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Score 9.9
Status: Ongoing Released: 12/16/2023 Native Language: Spanish
Ocho Peculiares" by Lalia Alejos is a captivating novel that intricately weaves together the lives of eight peculiar characters, exploring the depths of their eccentricities and the interplay of their destinies in a rich narrative that transcends conventional storytelling boundaries.  

Read Ocho peculiares by Lalia Alejos

Detail Novel

Title: Read Ocho peculiares by Lalia Alejos
Publisher: Rebootes.com
Ratings: 9.3 (Very Good)
Genre: Romance, Billionaire
Language: Spanish    
 

Read Ocho peculiares by Lalia Alejos

Capítulo 1

Ciudad Lavanda, primera zona residencial; Mansión Juárez. Hoy era el festival de las linternas. Luces de colores estaban decoradas alrededor de la casa, dando un toque de calidez a la fría atmósfera de la Familia Juárez. De repente, un grito resonó por toda la mansión. —Ay. Seguido de un ruido sordo, ¡una mujer embarazada cayó por las escaleras! Todos se sorprendieron y corrieron hacia ella. Esteban Juárez, presidente de la Corporación Ador Juárez, preguntó rápido: —Débora, ¿estás bien? El rostro de la mujer palideció al ver la sangre fresca que le corría por las piernas. Horrorizada, respondió: —Esteban, me duele... Nuestro bebé... ¡Rápido, salva a nuestro bebé! La madame de la casa, Paula Andrade, presa del pánico, preguntó: —¿Qué sucedió?
Débora miró hacia lo alto de las escaleras con lágrimas en los ojos. Todos levantaron la vista y vieron a una niña, de unos tres años, de pie en lo alto de la escalera. Al ver la mirada de todos, abrazó con fuerza el conejo de juguete que tenía en los brazos, asustada. Ricardo Juárez rugió furioso: —¿Fuiste tú quien empujó a Débora? La niña hizo un berrinche. —No fui yo, y yo no... Mientras lloraba, Débora suplicó: —No... Papá, no es culpa de Liliana. Todavía es joven, y ella no quería... Sus palabras reafirmaron rápido que era culpa de Liliana. Los ojos de Esteban se oscurecieron, y ordenó de inmediato: —¡Enciérrenla en el ático! Me ocuparé de ella en cuanto regrese. El otro se apresuró a enviar a Débora al hospital mientras los sirvientes arrastraban a Liliana escaleras arriba. Incluso cuando se le cayó un zapato, mantuvo un rostro obstinado y no suplicó ni gritó pidiendo ayuda.

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