Read Ocho peculiares by Lalia Alejos Capítulo 62

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Capitulo 62 Su cerebro está podrido por estar muerto

Capítulo 62 Su cerebro está podrido por estar muerto 

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+3 Cupones 

Cuando Iván vio que Liliana lo miraba fijo con sus grandes ojos brillantes, enseguida se puso rigido y se enderczó, frunciendo un poco los labios

-¿Y ahora qué

Liliana contó con los dedos con cuidado antes de exclamar

-¡Vaya! ilván, es el mayor número de palabras que has dicho hasta ahora! Es genial

Todo el tiempo, ella había tenido la impresión de que él solo podía decir cinco palabras a la vez

Iván se quedó mirándola, sin palabras. Penso que ella lo iba a felicitar por saber tanto. Jonas sonrió un poco, se colocó en una posición más cómoda y apoyo la harbilla en la palma de la mano, observando a los dos pequeños inquietos. Los niños cran niños, al fin y al cabo, y se les ocurrían las observaciones más 

extrañas

Una vez terminada la ceremonia de corte de listón, Liliana se quedó dormida porque había comido. demasiado. Mientras Jonas la llevaba con cuidado, Antonio se acercó, se quito el abrigo y se lo puso por encima. Los dos hombres se escabulleron entre todas las cámaras que habia por toda la alfombra roja, protegiendo con cuidado a su preciosa niña. Le dieron las buenas noches a Camilo, se dirigieron a su auto y se fueron

Iván se quedó en la entrada, observando en silencio cómo se alejaban los dos hermanos Castellanos

Vamos, hijo! -le dijo Camilo

Iván suspiró y echó un último vistazo al auto que desaparecía en la distancia. Si volvia a encontrarse con Liliana, le daria dos caramelos. Dos, porque a ella le gustaba comerlos, y no tres porque teria que le salieran caries

Un hombre bajito y regordete de mediana edad se paró junto al auto de los Soto. Con una sonrisa, le dio las buenas noches a Camilo. El caballero era muy bajo, solo media un metro setenta. Los botones de su chaqueta de vestir le apretaban la barriga cervecera; parecia que iban a saltar en cualquier momento

Se trataba de Valentin Tamayo, director general de Entretenimiento Tamayo

La madre de Valentin habia tenido dos pares de gemelos, todos varones. Durante su tercer embarazo, esperaba tener una hija y habia bautizado a la criatura que llevaba en su vientre con el nombre de Valentin para que le diera suerte

Como el bebé resultó ser un niño, la Señora Tamayo se sintió tan decepcionada que no se molestó en pensar en otro nombre, asi que Valentin se le quedó 

Después de despedir a los Soto y a los Castellano, la tensión en los hombros de Valentin se alivió bastante. -Esa malériada de los Castellanos…. 

Algo enigmático parpadeó en sus ojos por un momento

-IDe verdad es un diablillo

Su madre habia enfermado de alguna extraña enfermedad y Valentin había escuchado la historia de cómo Liliana había resucitado al joven Iván Soto. Además, todos los presentes habían sido testigos de la auspiciosa luz que había brillado antes en la ceremonia

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Valentin se preguntó si era conveniente invitar al diablillo de los Castellanos a echarle un vistazo a su 

madre

Cuando volvió a entrar, le dio órdenes a su ayudante

-Ten en cuenta que, a partir de ahora. la pequeña Señorita Castellanos no necesita invitación para aparecer y tampoco necesita llamar de antemano. Siempre que venga de visita, haz que el mejor pastelero de Ciudad Serrana venga de inmediato y le prepare un pastel enseguida

Recuerda que la señorita no puede comer nada demasiado dulce y que no le gusta el chocolate, pero adora los pasteles con mucha fruta. También le encantan los caramelos de fruta. Anota todo esto en el manual de los empleados

El ayudante de Valentin lo miro confuso. Por qué habia que anotar algo así en el manual de los empleados

Liliana seguia medio dormida y soñando cuando sintió que la miraban fijo Volteo y entrecerró los ojos, entonces se dio cuenta de que una anciana estaba de pie frente a ella. Esta anciana vestia lo que parecia ser un vestido verde de época y su mirada intensa estaba tija en Liliana

Liliana se sobresaltó tanto que se desperto de inmediato. Abrio los ojos de golpe 

Pablo se sobresaltó y se apresuro a preguntar 

-¿Qué ocurre

Los ojos de Liliana, llenos de sueño, segutan mostrando temor 

-Vi a una abuelita en mi sueño

Pablo se sobresaltó

-¿Qué aspecto tenia

Liliana gesticuló mientras describia a la anciana 

-Sus ojos estaban hundidos y eran profundos: sus mejillas también. Tenia los ojos un poco morados justo aquí debajo

-La habías visto antes? -preguntó Pablo

Liliana negó con la cabeza

-No, nunca

Pablo entrecerró los ojos y se quedó pensativo

-Era una mujer con los ojos hundidos, las mejillas hundidas y un color morado bajo los ojos, que parecia 

muerta.. 

Y lo que era más importante. Liliana no la habia visto nunca. Antes, Iván Soto había aparecido en el sueño de Liliana porque ella lo había visto en persona. Sin embargo, esta alma difunta que se había entrometido en su sueño era una completa desconocida para ella

Esto significaba que las almas de los muertos estaban empezando a visitar a Liliana

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El rostro de Pablo y semio cuando preguntó

-Tulipan, sodante con sign más

Liliana nego con la cabeza, con cara de desconcierto

¡Que pasa 

La expresión de su maestro parecia muy seria de repente

-Tulipan metas con algo en el futuro, debes decumelo, de acuerdo e tije Prin 

Conca de ocupación, le preguntas 

-Sabes por que vine a buncarte antes 

saba algo adormecida y confusa por el meno. Fromandose los as 

Claro que al Maestro, intentas ponerme a pruchar am te pidio ai 

Por supuesta que 

recordata lo que Pablo le habia dich 

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anum hostezt 

Pubilo se quedo callado un momento. Al principio, bana upuesto me in Castellanos habissado una mers concidencia, habia accedide 

Dempo y eso persa todos. Despues, habia descubierto que 

air meritos para prolongar su vida

En cuanto a ese día, Pablo abro 

bellante bajo el nombre de Liliana. Decia 

Si ella declara que alguien va a morir, la muerte no puede pospome 

No era una habilidad como esa solo posible para una emang se men 

Los pensamientos de Pablo eran un torbelino de commisa encontrado con la recien fallecida ulica Castellanes v qe mung 

-Tulipan, recuerdas el frasco de almas que te dil 

chica; necesitaba 

no un anotación en roj 

menenca que se hubiera 

Liliana en su camino 

gordeta 

Liliana levantó la mano en respuesta. Alrededor de sa tereta muneca habia un delgado cordón rojo del que colgaba un pequeño alismamentoTTI DO UTTA 

-Aqui estálrespondió

Pablo tocó la una con la punta del detto indice etiam

-Nuncafe lo habia dicho antes, pero este firmen hay que lemario hasta que esté lleno. Si no lo esta, pued que tengas que irte, Liliana

A lamina se le quitó el sueño de repente Sarem les Dios, pregunto consternada

drme a dónde

Acababa de conocer a sus tios a la abuela ya ndio Flugo. No queria separarse de ellos

-A un lugar muy lejano y nunca podria viverrespondio Pablo con seriedad

Capitulo 62 Su cerebro está podrido por estar muerto 

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Liliana funció los labios, se levanto de repente de la cama y corrió hacia el baño. Abrio el grife, despill pequeña urna e intento Demarin de agua. El talisman solo tenia el tamaño de una una pera, aunque ellage salia a borbotones por la abertura parecia que no entraba ni una gota 

Pablo no pudo evitar mostrar una leve sonnIKAL

-Tulipanmurmuns, frondose la frente- Esta cosita se llama frasco de aimas porque volte pudie contener almas

Tulipán parpadeo

-Eh? Entonces que hago 

-Tan solo recoge espantas fantasmales hasta que se llenecontesto Pablo

Volvió a aber so libro y le explicó mientras leia

-Hacen falta en espiritus errantes para llenar este frasco, pero solo hacen falta 

espiritus resmados. Los espiritus malignos son geniales, Scio hacen falta diecie para lemania

Liliana aminte de manera energica

-Esta burn a entendi

Le etho mastano a la boca de la urna pregunto

-Men, no llenara todo el tarro la Señorita Ferg 

Pritlose butto 

பட்டி 

Liliana parecin disgustada

-La Señorita Fea de verdad no sirve para nadal 

El grotesco fantasma femenino se quedo mudo

-Ove, no esperas demasiado de mit 

De repente. Liliana intervino

-Maestro, el fantasma de la cabeza de Carolina no digni 

en un emptum 

Pablo escribia en su libro sin detenerse: sin molestarse siquieren levantar la vista, contesto

-Asi es 

AN 

Liliana parecia encanada

-Oh, en ese caso, iré a buscar a Josue

Antes de que Pablo pudiera detenerla, salió cortbitación

Pablo la siguió con la mirada, parpadeando pemplinio Seapressure a correr tras la niña, preguntando

Capitulo 62 Su cerebro está podrido por estar muerto 

Por que vas a buscar a Josué Castellanos

Liliana puso los ojos en blanco

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-Maestro, hoy parece usted muy tonto! Si quiero buscar a Carolina, tengo que ir a donde ella esta co? Carolina y Josué van a la misma escuela, así que, si quiero ir a la escuela de Carolina, Inecesito encontrar a Josué

Ella le dirigió una mirada comprensiva 

-¡Maestro, su cerebro esta podrido por estar muertol 

Pablo se quedó mudo

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Read Ocho peculiares by Lalia Alejos

Read Ocho peculiares by Lalia Alejos

Score 9.9
Status: Ongoing Released: 12/16/2023 Native Language: Spanish
Ocho Peculiares" by Lalia Alejos is a captivating novel that intricately weaves together the lives of eight peculiar characters, exploring the depths of their eccentricities and the interplay of their destinies in a rich narrative that transcends conventional storytelling boundaries.  

Read Ocho peculiares by Lalia Alejos

Detail Novel

Title: Read Ocho peculiares by Lalia Alejos
Publisher: Rebootes.com
Ratings: 9.3 (Very Good)
Genre: Romance, Billionaire
Language: Spanish    
 

Read Ocho peculiares by Lalia Alejos

Capítulo 1

Ciudad Lavanda, primera zona residencial; Mansión Juárez. Hoy era el festival de las linternas. Luces de colores estaban decoradas alrededor de la casa, dando un toque de calidez a la fría atmósfera de la Familia Juárez. De repente, un grito resonó por toda la mansión. —Ay. Seguido de un ruido sordo, ¡una mujer embarazada cayó por las escaleras! Todos se sorprendieron y corrieron hacia ella. Esteban Juárez, presidente de la Corporación Ador Juárez, preguntó rápido: —Débora, ¿estás bien? El rostro de la mujer palideció al ver la sangre fresca que le corría por las piernas. Horrorizada, respondió: —Esteban, me duele... Nuestro bebé... ¡Rápido, salva a nuestro bebé! La madame de la casa, Paula Andrade, presa del pánico, preguntó: —¿Qué sucedió?
Débora miró hacia lo alto de las escaleras con lágrimas en los ojos. Todos levantaron la vista y vieron a una niña, de unos tres años, de pie en lo alto de la escalera. Al ver la mirada de todos, abrazó con fuerza el conejo de juguete que tenía en los brazos, asustada. Ricardo Juárez rugió furioso: —¿Fuiste tú quien empujó a Débora? La niña hizo un berrinche. —No fui yo, y yo no... Mientras lloraba, Débora suplicó: —No... Papá, no es culpa de Liliana. Todavía es joven, y ella no quería... Sus palabras reafirmaron rápido que era culpa de Liliana. Los ojos de Esteban se oscurecieron, y ordenó de inmediato: —¡Enciérrenla en el ático! Me ocuparé de ella en cuanto regrese. El otro se apresuró a enviar a Débora al hospital mientras los sirvientes arrastraban a Liliana escaleras arriba. Incluso cuando se le cayó un zapato, mantuvo un rostro obstinado y no suplicó ni gritó pidiendo ayuda.

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