Read Ocho peculiares by Lalia Alejos Capítulo 56

Read Ocho peculiares by Lalia Alejos Capítulo 56

Capítulo 56 Liliana es una bendición

La sonrisa en el rostro de Liliana se desvaneció poco a poco.

-¡No soy una maldición, soy una bendición! -dijo Liliana mientras se mordía el labio,

Antonio acarició a Liliana y la consoló:

-Si, Liliana, eres una niña afortunada.

El tenia una expresión sería mientras decía:

-¿Quién estaba a cargo de la disposición del local? Saquen a estos ineptos de aquí.

El personal estaba tan asustado por la hostilidad de Antonio que no se atrevieron a decir ni una palabra.

Carlos Benitez, el ayudante de Antonio, se adelantó de inmediato y les hizo un gesto para que se fueran.

-Por favor.

El Maestro Soler puso cara de valiente mientras decía con indiferencia:

-Sandro, haz las maletas. No importa si no salvamos a esta víctima.

Estaba furioso y pensaba que la Familia Castellanos era insensible.

Sandro dijo:

-Vinimos a ayudarlos sin tener en cuenta su pasado, ¡pero le están faltando al respeto a mi maestro! Si les pasa algo en el futuro, ino vengan a pedirle ayuda a mi maestro!

Sandro era joven y audaz, así que se atrevió a faltarle el respeto a Antonio. Antonio se rio mientras le ordenaba a Carlos:

-Llama a la policía.

-¿No crees que eres increíble? Entonces no te vayas».

El Maestro Soler se quedó boquiabierto al instante. Todos lo persuadieron:

-Vamos, señor Antonio, no se enfade… El discípulo del Maestro Soler es, en efecto, un poco directo, pero no tiene malas intenciones.

-Sí, sí. El Maestro Soler es una gran persona. Aunque no le gusta hablar, responderá a todas nuestras preguntas.

-¡Señor Antonio, no debería llamar a la policía! ¡De verdad, no debería! Hay que ver el panorama

1/5

completo…

Sin embargo, Antonio seguía furioso. ¿Cómo se atrevían a decir que Liliana era una maldición? No podia preocuparse por el panorama general. Si ni siquiera podía proteger a su sobrina, ide qué le serviría?

Mientras el Maestro Soler observaba la situación, sin querer hizo contacto visual con Antonio. No pudo evitar sobresaltarse por dentro.

Agarró el matamoscas y puso una expresión calmada mientras decía de manera enérgica

-No quiero discutir con otros. Sandro, vámonos.

En ese mismo momento, Carolina lo agarró de la manga. Carolina dijo con sinceridad:

-Maestro Soler, no se enfade. Liliana aún es pequeña, así que es insensible. ¡No pretendía hacerlo enfadar!

Luego miró a Liliana y le dijo ansiosa:

-Liliana, el Maestro Soler es una persona increible! Lo que hiciste estuvo mal, lasí que deberías disculparte!

Algunas personas no pudieron evitar pensar que Carolina era muy amable y que de hecho tenía un buen destino como dijo el Maestro Soler.

El Maestro Soler no dijo nada, pero deseaba poder apartar a Carolina. ¿Por qué estaba alardeando?

Después de lo que dijo Carolina, lel espíritu maligno que habia estado saltando por ahí se posó en la cabeza de Carolina! Carolina pensó que había vuelto a llamar la atención, así que se expresó de inmediato.

-Liliana, ¿por qué no te disculpas con el Maestro Soler?

Liliana se dio la vuelta.

<-¡No!

Antonio se rio.

-¿Quién te crees que eres? ¿Qué derecho tienes a pedirle a Liliana que se disculpe?

Carolina se quedó boquiabierta. Pronto se mordió el labio de pena y estuvo a punto de llorar.

Soltó intranquila la manga del Maestro Soler.

-Lo siento.

Carolina se disculpó.

215

-Señor Antonio, no quiero que todos discutan, pero soy estúpida y no sé expresarme de manera correcta y lo hice enfadar-sollozó.

Antonio ya estaba irritado en ese momento. No podía entender cómo una chica tan joven podia montar semejante escena.

Tania dijo de inmediato:

-Señor Antonio, Carolina está haciendo esto con buenas intenciones. Sin embargo, todavía es una niña, por lo que es inocente y no sabe cómo expresarse de manera correcta. Por favor, perdónela.

Todos siguieron discutiendo el asunto. No querian ofender a Antonio, pero tampoco querían perderse al Maestro Soler.

Y el Maestro Soler solo quería irse rápido. Sin embargo, no paraban de detenerlo personas que querian persuadirlo, lo que provocó que se enfadara por dentro.

Pablo levantó una ceja y una expresión de su intención maliciosa pronto brilló en sus ojos.

-Liliana, deberías preguntarle al Maestro Soler si puede ver su propio destino.

Liliana obedeció e hizo lo que le decían.

Maestro Soler, ya que es tan increíble, ¿puede ver su propio destino?

El Maestro Soler frunció el ceño.

Sandro dijo de inmediato:

-Los médicos no pueden tratarse a sí mismos, así que los adivinos no pueden ver su destino. ¿No lo sabes?

Liliana negó con la cabeza mientras decía:

-No lo sé. Solo soy una niña.

Entonces Liliana preguntó:

-Si el Maestro Soler no puede hacerlo, isignifica que no es tan increíble?

Torció los labios mientras murmuraba para sí misma:

-Qué inútil.

Sandro pensó:

-¡Esta chica es demasiado molesta!

-¿Entonces lo sabes ahora? -dijo Sandro con frialdad.

2/5

Liliana ladeó la cabeza y dijo:

-¡Si lo sél

Sandro se quedó mudo.

El Maestro Soler dijo muy serio:

-¡Muy bien, Sandro, no deberíamos discutir con una niña! Estoy ocupado, así que vámonos.

Todos tenían curiosidad por saber por qué el Maestro Soler parecia tener prisa por irse.

-Maestro Soler, ¡por favor hable sobre su propia fortuna!

-Si. Hay gente que no sabe lo increíble que es usted, así que debería demostrarlo.

Al ver las miradas de todos, el Maestro Soler no tuvo más remedio que aceptar. Después de un momento, dijo:

-Será un poco complicado, pero soy una persona honesta, así que voy a acceder.

Liliana negó con la cabeza.

-Maestro Soler, se equivoca. Déjeme adivinar su suerte.

Cuando terminó de hablar, rebuscó en su pequeña bolsa y sacó una vieja tortuga.

La vieja tortuga se quedó boquiabierta al sacarla. Estiró el cuello para mirar a su alrededor. Todos se quedaron atónitos.

Después de soltarse de los brazos de Antonio, Liliana se puso en cuclillas y dijo:

-¡Maestro Soler, mire!

Pronto, hizo girar a la vieja tortuga en el suelo con las patas hacia arriba. Después de dar vueltas, chocó contra la esquina de la pared y rodó hasta los pies de Liliana.

Liliana miró fijo a la vieja tortuga y dijo con seriedad:

-Ah, lentonces es así!

Todos pensaron por dentro:

-Acaba de tirar una tortuga, ¿qué quiere decir con eso de asi son las cosas?».

Si eso se consideraba adivinación, todos eran maestros en eso.

Sandro se rio.

-Ja, ja, entonces qué ves?

Liliana chasqucó los dedos mientras decía:

-¡El Maestro Soler tiene suerte! ¡No tendrá que preocuparse por la comida en toda su vida! Sin embargo, iel chico que come caca no tendrá tanta suerte! Solo tendrá comida durante diez años.

El Maestro Soler se quedó atónito.

-¿De qué estaba hablando?-.

Liliana continuó:

-¡El Maestro Soler ha estafado para robar mucho dinero, así que pronto será capturado por la policia y no podrá salir!

Solo entonces todos comprendieron de qué comida estaba hablando.

Sandro gritó:

-¿Qué tonterías estás diciendo?

Su maestro era alguien de prestigio y todo el mundo lo respetaba. Incluso los lideres de las organizaciones habían invitado a su maestro antes. ¿Cómo iban a detener al Maestro Soler?

Mientras hablaba, unos policías entraron por la puerta lateral y se dirigieron a Maestro Soler.

-¿Quién es el Maestro Soler?

Todos señalaron al Maestro Soler sin pensar.

Sandro dijo enseguida:

-Oficial, este es mi maestro. El mes pasado, incluso fue a su…

Antes de que pudiera terminar de hablar, el oficial que iba al frente ordenó:

-¡Llévenselo!

Sandro se quedó pasmado. Dijo con pánico:

-¿Por qué arrestan a mi maestro? ¿No saben quién es? ¿Dónde está su jefe? Pídanle a su jefe que venga.


Read Ocho peculiares by Lalia Alejos

Read Ocho peculiares by Lalia Alejos

Score 9.9
Status: Ongoing Released: 12/16/2023 Native Language: Spanish
Ocho Peculiares" by Lalia Alejos is a captivating novel that intricately weaves together the lives of eight peculiar characters, exploring the depths of their eccentricities and the interplay of their destinies in a rich narrative that transcends conventional storytelling boundaries.  

Read Ocho peculiares by Lalia Alejos

Detail Novel

Title: Read Ocho peculiares by Lalia Alejos
Publisher: Rebootes.com
Ratings: 9.3 (Very Good)
Genre: Romance, Billionaire
Language: Spanish    
 

Read Ocho peculiares by Lalia Alejos

Capítulo 1

Ciudad Lavanda, primera zona residencial; Mansión Juárez. Hoy era el festival de las linternas. Luces de colores estaban decoradas alrededor de la casa, dando un toque de calidez a la fría atmósfera de la Familia Juárez. De repente, un grito resonó por toda la mansión. —Ay. Seguido de un ruido sordo, ¡una mujer embarazada cayó por las escaleras! Todos se sorprendieron y corrieron hacia ella. Esteban Juárez, presidente de la Corporación Ador Juárez, preguntó rápido: —Débora, ¿estás bien? El rostro de la mujer palideció al ver la sangre fresca que le corría por las piernas. Horrorizada, respondió: —Esteban, me duele... Nuestro bebé... ¡Rápido, salva a nuestro bebé! La madame de la casa, Paula Andrade, presa del pánico, preguntó: —¿Qué sucedió?
Débora miró hacia lo alto de las escaleras con lágrimas en los ojos. Todos levantaron la vista y vieron a una niña, de unos tres años, de pie en lo alto de la escalera. Al ver la mirada de todos, abrazó con fuerza el conejo de juguete que tenía en los brazos, asustada. Ricardo Juárez rugió furioso: —¿Fuiste tú quien empujó a Débora? La niña hizo un berrinche. —No fui yo, y yo no... Mientras lloraba, Débora suplicó: —No... Papá, no es culpa de Liliana. Todavía es joven, y ella no quería... Sus palabras reafirmaron rápido que era culpa de Liliana. Los ojos de Esteban se oscurecieron, y ordenó de inmediato: —¡Enciérrenla en el ático! Me ocuparé de ella en cuanto regrese. El otro se apresuró a enviar a Débora al hospital mientras los sirvientes arrastraban a Liliana escaleras arriba. Incluso cuando se le cayó un zapato, mantuvo un rostro obstinado y no suplicó ni gritó pidiendo ayuda.

Comment

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Options

not work with dark mode
Reset