Read Ocho peculiares by Lalia Alejos Capítulo 210

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Capítulo 210 Los demonios internos de Liliana

Esa energia empujó al fantasma hacia atrás. El fantasma escurridizo miró a Liliana con asombro. Penso,

-Debo haberme descuidado hace un momento; eso no cuenta”.

En sus ojos surgió una sensación de gravedad. De su cuerpo emanaba una fuerte aura de vanidad. Rugió y se abalanzó sobre Liliana. Estaba muy serio en ese momento.

Si no puedo devorar a esta niña…”.

Una luz roja parpadeó una vez más mientras contemplaba esto. El fantasma fue lanzado con violencia hacia atrás por el segundo golpe, estrellándose contra la telaraña que Liliana acababa de crear.

Liliana permaneció en el mismo sitio. No habia movido ni un dedo.

El fantasma la miró horrorizado y gruñó:

-¡Tu…!

Estaniña es buena peleando. Estoy seguro de que es una experta en ocultar su verdadera fuerza.

Liliana parpadeo y pregunto:

-¿Otra ronda?

El fantasma se quedó sin habla.

iSinvergüenza! ¿Cómo te atreves a hacerte la inocente?».

Liliana advirtió:

-¡Si no me atacas, te atacaré!

El fantasma escurridizo tenía muchas identidades porque estaba oculto dentro de este hombre. Bajo capa tras capa de defensa, ocultaba su verdadero yo.

Aunque Liliana no tenía ni idea de cómo lo había hecho, el fantasma escurridizo mostró su vulnerabilidad. Ella planeaba eliminar las capas de defensa que este fantasma escurridizo había acumulado.

Liliana se abalanzó amenazadora. Agarró el pie del fantasma y lo golpeó cuando éste estaba desprevenido. Lo hizo girar como a un muñeco de trapo y lo estampó contra el suelo. Liliana grito:

-iToma esto! ¡Tamás de esto!

El fantasma lanzó un furioso contraataque, pero Liliana soltó su agarre de inmediato. El brazalete rojo lanzó así otro golpe al fantasma.

Liliana aprovechó la confusión del fantasma. Una vez más, fue contra él, lo agarró y lo golpeó con violencia.

Pablo estaba escondido entre las sombras. Cuando vio esta escena, se quedó en estado de shock Su joven discipulo había dominado las técnicas. No sólo las habia dominado, sino que además había tenido una suerte increible, ya que el escurridizo fantasma no lanzó ningun contraataque contra ella.

1.4

Un sonido -pfft- se escuchó de repente. Una sombra salió corriendo mientras el fantasma se despojaba de su piel. Liliana tenia en la mano una capa de -piel humana- Pertenecia a Fantasma oscuro, que había vivido antes en ese apartamento.

Aquel fantasina de mediana edad habló con voz débil:

-Ciclos, no creo que pueda seguir. Este espíritu maligno es demasiado maligno. Me cortó por la mitad Y me usó como abrigo.

Tras decir esto, el fantasma se convirtió en una brizna de aura de vanidad, y el Tarro de Almas lo absorbió.

Zacarías se quedó atónito. De inmediato pensó en los personajes del juego, como Helena de Troya, Luna y Cleopatra, pero ninguno de ellos podia igualar a Liliana en ese momento.

-Hermana-pronunció Zaçarias mientras se acercaba, sin darse cuenta de que ahora se dirigia a Liliana de otra manera.

Liliana jadeaba. Ella instó:

-Zac, no vengas aqui. Hazte a un lado.

El fantasma escurridizo se volvió de inmediato para disparar al aire junto a Liliana después de escuchar esto. No podia ver a Zacarias, así que tuvo que confiar en una conjetura salvaje. Entonces se abalanzó

sobre Zacarias.

-¡Mi*rda! -Zacarias jadeó con incredulidad. Su cuerpo se había puesto rigido.

En el momento,

Liliana apartó a Zacarías de una patada. Por primera vez. Zacarias agradeció que le dieran una patada. Lo primero que hizo fue cubrirse con el talismán de la frente antes de acurrucarse en un rincón y permanecer inmóvil.

El Fantasma escurridizo era un experto en evasiones y escondites. Cuando uno de sus planes fracasaba. volvía a esconderse de inmediato.

-iVaya!-exclamó Liliana sorprendida.

¿Este fantasma escurridizo lleva consigo un artefacto mágico? ¿Cómo se desvanecio en el aire?.

Un hombre salió de la nada de la otra puerta herméticamente cerrada mientras Liliana pensaba en esto.

Con voz áspera y profunda, reprendió:

-Liliana! Mueve el clo para acá

Liliana se quedó helada al escuchar aquella voz. Se quedó con la mirada perdida cuando vio que el hombre que salía por la puerta era Esteban, su padre adoptivo.

-Papá…

Liliana quiso llamarle -papa- por instinto, pero cerró la boca de inmediato,

Esteban se burló con picardía:

-Ahora eres estupenda. Te has convertido en la hija amada de los Castellanos. También tienes un papá de batalla. Supongo que ya no me reconocerias como tu padre, ¿verdad? -Dio un paso tras otro, acercandose, a Liliana y gruñó- ingrata! He tenido que pasar muchas penurias criandote. ¿Cómo me lo has pagado? No solo te negaste a darme una vida cómoda en casa de los Castellanos, sino que incluso permitiste que tu tio Antonio me metiera en la cárcel. ¿Crees que habrias sobrevivido hasta los tres años sin mi?

Esteban miró con atención a Liliana. Su mirada estaba llena de resentimiento. La provocó:

-¿No eres domadora de fantasmas? Vamos, si tienes valor, iven por mí!

Por instinto, Liliana retrocedió. Recordó su estancia con los Juárez en ese preciso momento.

Quería que su padre la abrazara tras la muerte de su madre, pero él la apartó con impaciencia. Seleccionó con alegría una hermosa flor del jardín y se la dio a su padre, que enseguida la tiró a la basura. En el patio nevado y helado, la obligó a arrodillarse y casi la mata a golpes.

El corazón de Pablo se hundió al observar esto. Resultó ser el demonio interior de Liliana. Sólo tenía tres años cuando falleció su madre, y su padre abuso de ella. Tal vez el tiempo que pasó con los Castellanos la ayudó a olvidar su traumático pasado con el tiempo, pero el recuerdo de su dolorosa educación y el sufrimiento que padeció siempre perdurarian.

El Fantasma Escurridizo era bastante astuto. Parecia haber pensado en todo. Incluso trajo el espiritu de Esteban con él.

El

Piritu de Esteban no se habia dispersado del todo, a pesar de que lo habian convertido en -ropa.. Esteban seguia consciente. Acusaba a Liliana con resentimiento:

-¡Tú tienes la culpa de mi miseria! Si, te he pegado. ¿Pero no pegan todos los padres a sus hijos? No importa lo terrible que haya sido, iyo te crie!

Esteban sufrió una muerte horrible. Tras su muerte. Braulio esparció sus cenizas.

¿Cuál era el propósito de esto? Esta acción, en la que Braulio esparció las cenizas tras la muerte de Esteban, garantizó que Esteban quedara despojado de la oportunidad de entrar en la otra vida y no pudiera reencarnarse. Su espiritu vagaria entre el cielo y la tierra hasta que no quedara nada. ¿Por qué pudo acabar siendo tan desgraciado mientras Liliana tenía una vida tan buena?

murmuró Liliana mientras negaba con la cabeza, diciendo:

-No, no lo hice. No fue culpa mia. Se armó de valor y lanzó una mirada desafiante a Esteban. Le dijo- Tú te lo has buscado con tu maldad. No existe tal cosa como que un padre tenga que pegar a sus hijos; cres un mentiroso.

Esteban se quedó estupefacto. Rugió indignado:

-¡Cómo te atreves a contestarme!

Hizo lo mismo que cuando estaba vivo. Sin dudarlo, tomó algo y se lo lanzó a Liliana con fiereza.

Liliana

ya no lo soporta como antes. En lugar de eso, lo evitaba con ag Habia determinación en sus ojos: ya no era la niña indefensa que se quedaba de brazos cruzados y dejaba que aquel hombre la golpeara.

Liliana hagiendo esto sólo enfureció más a Esteban. Gritó y se abalanzó sobre ella:

Te voy a devorar viva!

Pablo sudaba con nerviosismo. Dudaba que Liliana tuviera la voluntad de asesinar a Esteban Esta podria haber sido la decisión más difícil que tuvo que tomar. Esteban tenia razón en un sentido: habia participado en la crianza de Liliana. ¿Debería matarse a un padre- así? ¿Cómo perciben los niños a un padre así?

34

Pablo no tuvo que esperar mucho. Vio a Liliana levantar la mano cuando Esteban se abalanzó hacia delante: la pulsera roja de su muñeca liberó entonces una luz roja, haciendo retroceder a Esteban.

Esteban gritó de agonia al estrellarse con violencia contra la red roja.

Liliana había instalado una extensa red de contención en esta sala. Ningún fantasma podía escapar de esta habitación; todo dependia de la elección de Liliana.

Esteban vomitó sangre que fue moldeada por su aura de vanidad. Se veía demasiado miserable.

Liliana lo observó en silencio desde una posición no muy lejana.

De repente, Esteban tuvo una expresión abatida y dejo escapar una miserable sonrisa. Se rio entre dientes y dijo,

-Jeje, ya creciste. Ahora incluso te atreves a golpear a tu padre. Liliana, cuando eras un bebé, te adoraba mucho. Eras mi pequeño tesoro. No importa; deberia dejar de hablar ¡Sólo terminalo! Mátame. Deberías matarme, y eso te hará feliz, ¿verdad? Seré feliz de morir a tus manos…

Esteban cerró los ojos y pareció haber visto a través de todo.

-¡Espera! Puede que otros no entiendan a Liliana, pero no tenía yo una solida comprension de quien era? Eila habia anhelado mi amor desde que era una niña pequeña. ¡No hay forma de que pueda hacerme daño’-

 


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Score 9.9
Status: Ongoing Released: 12/16/2023 Native Language: Spanish
Ocho Peculiares" by Lalia Alejos is a captivating novel that intricately weaves together the lives of eight peculiar characters, exploring the depths of their eccentricities and the interplay of their destinies in a rich narrative that transcends conventional storytelling boundaries.  

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Detail Novel

Title: Read Ocho peculiares by Lalia Alejos
Publisher: Rebootes.com
Ratings: 9.3 (Very Good)
Genre: Romance, Billionaire
Language: Spanish    
 

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Capítulo 1

Ciudad Lavanda, primera zona residencial; Mansión Juárez. Hoy era el festival de las linternas. Luces de colores estaban decoradas alrededor de la casa, dando un toque de calidez a la fría atmósfera de la Familia Juárez. De repente, un grito resonó por toda la mansión. —Ay. Seguido de un ruido sordo, ¡una mujer embarazada cayó por las escaleras! Todos se sorprendieron y corrieron hacia ella. Esteban Juárez, presidente de la Corporación Ador Juárez, preguntó rápido: —Débora, ¿estás bien? El rostro de la mujer palideció al ver la sangre fresca que le corría por las piernas. Horrorizada, respondió: —Esteban, me duele... Nuestro bebé... ¡Rápido, salva a nuestro bebé! La madame de la casa, Paula Andrade, presa del pánico, preguntó: —¿Qué sucedió?
Débora miró hacia lo alto de las escaleras con lágrimas en los ojos. Todos levantaron la vista y vieron a una niña, de unos tres años, de pie en lo alto de la escalera. Al ver la mirada de todos, abrazó con fuerza el conejo de juguete que tenía en los brazos, asustada. Ricardo Juárez rugió furioso: —¿Fuiste tú quien empujó a Débora? La niña hizo un berrinche. —No fui yo, y yo no... Mientras lloraba, Débora suplicó: —No... Papá, no es culpa de Liliana. Todavía es joven, y ella no quería... Sus palabras reafirmaron rápido que era culpa de Liliana. Los ojos de Esteban se oscurecieron, y ordenó de inmediato: —¡Enciérrenla en el ático! Me ocuparé de ella en cuanto regrese. El otro se apresuró a enviar a Débora al hospital mientras los sirvientes arrastraban a Liliana escaleras arriba. Incluso cuando se le cayó un zapato, mantuvo un rostro obstinado y no suplicó ni gritó pidiendo ayuda.

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