Read Ocho peculiares by Lalia Alejos Capítulo 170

Read Ocho peculiares by Lalia Alejos Capítulo 170

Capítulo 170 Un esfuerzo mayor

Braulio se sentó en el sofá, Liliana se puso en cuclillas frente a él para inspeccionarle el pic.

Lo único que podía verse era que la huella verde y púrpura de su tobillo se había hecho más profunda, como si se estuviera pudriendo.

Liliana sacó el amuleto de papel y le prendió fuego. Luego llenó medio cubo de agua, esparció las cenizas en el agua y lo revolvió todo con la espada de madera.

Tomo el pie de Braulio y lo sumergió en el cubo mientras lo lavaba con el agua del amuleto.

-Oh, iqué pie apestoso! Le apestan los pies a mi papá. Apestan mucho y por todas partes.

Braulio rio un poco. ¡Sus pies no apestaban!

Cuando el agua salpicó sobre la huella verde y púrpura, Braulio sintió un ligero escozor en el pie y la huella del tobillo empezó a desvanecerse. En poco tiempo, el agua del cubo se había puesto negra.

-¡Guau, este es uno grande! -exclamó Liliana-. ¡No te dejaste vencer, papá! ¡Eres increible!

Braulio se quedó mudo. No sabía si su querida niña lo estaba elogiando a él o al demonio que había intentado hacerle daño.

Liliana se dirigió al cuarto de baño con el cubo y vertió el agua en el retrete. Después de jalar la cadena, llenó otro medio cubo de agua.

Después de repetir esto dos veces, el pie de Braulio por fin volvió a la normalidad. Liliana se quitó la bata que llevaba puesta y se la ató a los pies.

Braulio contempló a su pequeña ocupada. La niña hablaba en serio y lo hacía todo sin dudar a la hora de lavarle los pies y secárselos con la bata.

Una extraña emoción se apoderó de su pecho: estaba conmovido. Nunca había pensado que algún día tendría una hija tan cariñosa y amable.

-¡Ya está!

Liliana le dio una palmada.

-No puedes quitarte la bata en toda la noche, papá.

Braulio asintió, extendiendo la mano y alzando a Liliana en su regazo.

-Gracias, Liliana. Parecía dificil.

Liliana se abrazó al cuello de Braulio, plantándole un beso baboso en la mejilla.

-No te preocupes.

Su fono era suave. Sus ojos grandes y negros parpadeaban. Luego saltó de sus brazos hacia un lado, se acosto y dio palmaditas en el espacio junto a ella.

Capitulo 170 Un esfuerzo mayor

-Vamos, papá! Acuéstate conmigo -dijo.

Braulio se rio entre dientes, se levantó y se acostó junto a Liliana. Liliana estiró las piernas un rato, las levantó en el aire y se agarró los pies con las manos.

Después de hacer esto durante un rato, Braulio se dio la vuelta y vio que se había quedado dormida. Entonces, la cubrió con una manta y le dio unos golpecitos en la nariz.

-Buenas noches, cariño.

El incidente de las tres chicas ahogadas en el río se había convertido en un tema polémico en Internet de la noche a la mañana, sobre todo la frase de la señora de mediana edad: «¡No te pedí que me salvaras!».

Tres niñas ahogadas en el río. Un hombre salta al río para salvarlas. La madre de la niña responde: “INo te pedí que me salvaras!”.

Una niña se ahoga en el río y no se encuentra el cuerpo. La madre maldice al salvador: “¡Deberias estar muerto!”.

Tres niñas ahogadas al mismo tiempo, una de ellas desaparecida. La madre le grita al salvador: “¿Por qué no salvaste a mi hija primero?”.

Los titulos eran cada vez más escandalosos y atraían a una multitud de curiosos. Todos parecían enfurecidos por la situación, dejando un montón de comentarios de odio maldiciendo a la madre.

La sección de comentarios creció, aumentando la popularidad del incidente y poniéndolo en el radar de las emisoras nacionales.

Ibero, que se había estado preocupando por cómo ganar popularidad, vio esto como una oportunidad de oro para seguir con ese tema tan polémico. Hizo muchos videos comentando el asunto, criticando a la madre por sus valores sesgados. Y, sin embargo, había demasiados creadores de contenido hablando de eso. Él no era alguien tan relevante.

Los likes que conseguía podían ser mayores en comparación con otros videos, pero nunca pasaban de mil. Las reproducciones solo llegaban a veinte o treinta mil. No había hecho más.

De repente, se le ocurrió una idea.

iPuedo hacer algo más!”.

Se hizo una cuenta provisional y publicó un comentario de apoyo a la madre contra todos los demás que la criticaban.

-Sí, salvaste a dos, pero ¿por qué no salvaste a la que quedaba? Deberias haber salvado a todas. ¿Sabes lo triste que debe estar su madre?».

-Creo que

la madre tenía razón. ¡No deberías haberte molestado en intentar ser el héroe si eres un incompetente! La verdad, la única forma de que esto fuera justo sería que las tres chicas murieran».

Las opiniones tan divididas generaron mucha controversia y al instante llegaron innumerables respuestas

de odio.

-relzorre, ¡Qué basura! Acaso eres humano?».

alguiencurioso, ¿Perdiste la cabeza? La gente defeca por el culo, pero parece que tu defecas por la boca..

@bebefeliz. No tengo palabras. ¿Cómo puede existir gente así? ¡Una locura!».

Ibero estaba emocionado por la cantidad de comentarios que le llegaban. La plataforma no detectaba si los comentarios eran positivos o negativos. La discusión seguía sin detenerse. Cuanto más se agitaba la gente, imejor se sentía él!

No mucho después de esto, Ibero se dio cuenta de que los hechos habían cambiado de nuevo: tres chicas se habían ahogado la noche anterior, pero solo se había rescatado a dos de ellas y un cadáver del sexo masculino. La tercera chica parecía haber desaparecido, no habían logrado encontrarla.

Cada vez más creadores empezaron a acudir al rio y a retransmitir en directo sus intentos de encontrar el cadáver, obteniendo miles y miles de visitas. Ibero no lo pensó dos veces. Recogió su equipo y también se dirigió al río.

El río estaba rodeado de curiosos y muchos creadores estaban retransmitiendo en vivo. Braulio se situó junto a la multitud con Liliana en brazos. Ella estiró el cuello

para mirar.

Al ver que se esforzaba, Braulio se la subió a los hombros para que pudiera ver mejor. Liliana por fin pudo

ver.

-¡Pero está demasiado lejos!

Liliana se puso una mano sobre los ojos, entrecerrando los ojos en la distancia. Braulio sacó un par de binoculares y se los entregó a Liliana.

Liliana gritó de alegría.

-¡Vaya, papá! ¿Eres un genio mágico?

Braulio pensó sin decir nada:

-Si soy. ¿Qué quieres ahora?».

Liliana dijo de inmediato:

-¡Una paleta!

Braulio abrió la mano y le entregó una paleta de fresa. Liliana estaba encantada. Chupó la paleta muy feliz y miró al otro lado del océano.

Tres barcos se movían por el agua y otros dos se veían más adelante. La situación se había convertido en una noticia polémica y todo el mundo estaba interesado en saber qué pasaría.

-Es de dia. No hay nada -dijo Liljana-. Papá, ¿qué pasó con ese cadáver?

Braulio le contestó:

-La policía todavía está investigando eso.

Pero eso no era un problema suyo. Luego dijo:

–Miré a mi airededor. El muerto era un chico de dieciocho años. Un joven. Vio a alguien ahogandose en

el agua y salto para salvarlo sin dudarlo.

Fue una lástima que solo consiguiera salvar a dos chicas y que él mismo nunca llegara a la orilla.

Lo más extraño es que estaba claro que acababa de ahogarse, pero cuando toqué su brazo en el agua lo senti todo viscoso. Como si hubiera estado en el agua varios días.

Braulio ni siquiera habría creído que aquel chico era el valiente héroe que había saltado al río, de no haber visto él mismo las imágenes de vigilancia.

Liliana penso:

Qué extraño. ¿De verdad fueron tres chicas las que se ahogaron?”.


Read Ocho peculiares by Lalia Alejos

Read Ocho peculiares by Lalia Alejos

Score 9.9
Status: Ongoing Released: 12/16/2023 Native Language: Spanish
Ocho Peculiares" by Lalia Alejos is a captivating novel that intricately weaves together the lives of eight peculiar characters, exploring the depths of their eccentricities and the interplay of their destinies in a rich narrative that transcends conventional storytelling boundaries.  

Read Ocho peculiares by Lalia Alejos

Detail Novel

Title: Read Ocho peculiares by Lalia Alejos
Publisher: Rebootes.com
Ratings: 9.3 (Very Good)
Genre: Romance, Billionaire
Language: Spanish    
 

Read Ocho peculiares by Lalia Alejos

Capítulo 1

Ciudad Lavanda, primera zona residencial; Mansión Juárez. Hoy era el festival de las linternas. Luces de colores estaban decoradas alrededor de la casa, dando un toque de calidez a la fría atmósfera de la Familia Juárez. De repente, un grito resonó por toda la mansión. —Ay. Seguido de un ruido sordo, ¡una mujer embarazada cayó por las escaleras! Todos se sorprendieron y corrieron hacia ella. Esteban Juárez, presidente de la Corporación Ador Juárez, preguntó rápido: —Débora, ¿estás bien? El rostro de la mujer palideció al ver la sangre fresca que le corría por las piernas. Horrorizada, respondió: —Esteban, me duele... Nuestro bebé... ¡Rápido, salva a nuestro bebé! La madame de la casa, Paula Andrade, presa del pánico, preguntó: —¿Qué sucedió?
Débora miró hacia lo alto de las escaleras con lágrimas en los ojos. Todos levantaron la vista y vieron a una niña, de unos tres años, de pie en lo alto de la escalera. Al ver la mirada de todos, abrazó con fuerza el conejo de juguete que tenía en los brazos, asustada. Ricardo Juárez rugió furioso: —¿Fuiste tú quien empujó a Débora? La niña hizo un berrinche. —No fui yo, y yo no... Mientras lloraba, Débora suplicó: —No... Papá, no es culpa de Liliana. Todavía es joven, y ella no quería... Sus palabras reafirmaron rápido que era culpa de Liliana. Los ojos de Esteban se oscurecieron, y ordenó de inmediato: —¡Enciérrenla en el ático! Me ocuparé de ella en cuanto regrese. El otro se apresuró a enviar a Débora al hospital mientras los sirvientes arrastraban a Liliana escaleras arriba. Incluso cuando se le cayó un zapato, mantuvo un rostro obstinado y no suplicó ni gritó pidiendo ayuda.

Comment

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Options

not work with dark mode
Reset